Resulta que antes de que el coronavirus ocupara la práctica totalidad de nuestras vidas, nuestros pensamientos y nuestras visiones, únicamente el 7,9% de los ocupados en España, 1,5 millones de trabajadores, teletrabajan, un porcentaje que parece escaso si atendemos a constantes estadísticas a nivel mundial que destacan los beneficios que tiene el hecho de trabajar en remoto. Y un porcentaje que parece ínfimo si lo comparamos con un momento en que prácticamente todo el que puede teletrabajar en España lo está haciendo.
Es imposible saber a ciencia cierta -haría falta un estudio detallado- qué porcentaje de ocupados está actualmente trabajando desde sus casas, en pleno confinamiento, levantándose de la cama, tomando un café y, sin tediosas horas de transporte público o atascos, poniéndose manos a la obra. Yo diría, desde mi humilde opinión, que el 99% de los que puedan hacerlo al menos.
Y es que el coronavirus ha provocado un experimento ‘obligatorio’ de teletrabajo a nivel nacional. En un país caracterizado tradicionalmente por el presentismo, los trabajadores tenemos la oportunidad de mostrar que trabajar desde casa no es malo; al contrario, que la productividad aumenta al coger el día con más ganas y sin perder tiempo y moral en el transporte público. Que nuestro compromiso con la empresa se acrecenta, porque vemos que nos está dando un beneficio y, lógicamente, queremos devolverlo en forma de trabajo. Que nuestro bienestar va a ir en aumento porque reducimos tiempo de translado y podemos trabajar cómodamente desde nuestra habitación. Que el beneficio económico aumenta, además de por lo dicho anteriormente, por el ahorro de costes de luz, calefacción, aire acondicionado, agua… En definitiva, demostrar que el teletrabajo no solo es rentable, sino que es beneficioso.
Esa es la oportunidad que nos está dando ese maldito bicho llamado Covid-19 y que nos está quitando tanto pero que también nos está dando algo. El mayor experimento de teletrabajo de la historia está en marcha y los trabajadores también debemos estar a la altura.
Los comentarios están cerrados.