La certificación Great Place To Work – y la clasificación española anual Best Place to Work – nacía en un momento en el que la atmósfera laboral se ponía como una de las últimas prioridades de empresas y empresarios. De hecho nacía con el deseo de cambiar las cosas y, a día de hoy, parece que lo está logrando, abriendo puertas a consultoras profesionales, como es el caso de www.boostingtalent.com, que no sólo ayudan a mejorar el clima laboral sino a perpetuar buenas prácticas en gestión y procesos.
Sí, crear un buen ambiente laboral es importante, ya que está comprobado que las personas, si son felices y trabajan a gusto, son mucho más productivas y eso tiene consecuencias positivas sobre el impacto económico de la actividad de la compañía en cuestión.
Aunque sólo sea por eso, los directivos y empresarios han dejado de hablar de personal para hablar de personas, o mejor, de talento. La flexibilidad de los puestos de trabajo con la tecnología y otros factores hace que, además, cada vez se tenga una orientación más decidida hacia los equipos y a que cada persona haga las tareas con las que se sienta más cómoda.
Pero en esta suerte de libre albedrío el desarrollo de liderazgo también es vital. No basta ejecutar las tareas, hay que defenderlas y ponerlas en valor frente a los demás. No todas las personas son igual de buenas en ello, por lo que hacer una inversión en el desarrollo personal y de equipos supone un punto positivo para poder empaparse de técnicas de liderazgo que se puedan implementar en el día a día aumento la productividad y el rendimiento.
En este sentido, hay que distinguir la formación continua en materias o áreas relacionadas con nuestro trabajo de la formación continua relacionada con aspectos de gestión, de desarrollo de directivos y procesos.
En este caso, el tema de los procesos suele ser una asignatura pendiente todavía en muchas pymes, ya que no se suele invertir tiempo en organizar estos aspectos que resultan vitales para alcanzar una mayor productividad, eficiencia y mejores resultados.
Además, si todas las personas o departamentos saben qué es lo que tienen que hacer, cómo y cuándo, será más sencillo cumplir con los objetivos planteados por la empresa. En este contexto, la gestión del rendimiento de los equipos es importante, ya que se muestran fotografías de la actividad y se pueden anticipar los problemas así como las soluciones para que no se vayan arrastrando hasta el punto de no retorno y de no tener solución.
Así como se hace seguimiento en otras tareas, ¿por qué no hacerlo también a nivel de gestión de recursos humanos? De esta forma, se tenderá a mantener una comunicación viva y motivar más y mejor a las personas ya que podrán tener – de una manera u otra – el feedback de la empresa, sin caer en lugares comunes como la apatía, la desmotivación o la incomprensión. Además, también crea e inculca sentido de pertenencia, un factor clave del que se partirá para fomentar un mejor clima laboral.
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