La morosidad puede provocar a corto y medio plazo problemas de flujo de caja y pérdida de ingresos, lo que tiene consecuencias más amplias para la economía ya que impide que las empresas inviertan y crezcan. Este lento crecimiento y la incapacidad de contratar a nuevos empleados son impactos de la morosidad que inciden directamente sobre el PIB y el empleo nacionales.
Malas noticias para el mercado laboral.
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