Las nuevas generaciones de jóvenes europeos han crecido y se han criado con una serie de dogmas, muchos referidos al mundo laboral, que no siempre son ciertos.
Ni todos los porteros de fútbol lo son porque eran malos como delanteros, ni toda la comida inglesa es tan mala, ni todos los trabajadores temporales están deseando dejar de serlo.
El estereotipo tradicional del trabajador temporal pinta una situación incómoda, con los miembros de la generación JASP (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados) malviviendo con unos sueldos ínfimos en trabajos de pesadilla. Pero la realidad puede que no sea tan terrible y que el cliché de la oficina plagada de cubículos unipersonales en las que desconocidos silenciosos coinciden en la máquina de café sea más mito que realidad. Al menos eso se desprende de un reciente estudio de la agencia Gordon Yates que pone de manifiesto que un creciente número de jóvenes ingleses está haciendo carrera de los trabajos temporales y que cada vez menos se desesperan en una búsqueda infructuosa de un trabajo fijo, según informa The Guardian
Aunque el sueldo es inferior y las prestaciones sociales no pueden compararse (en Inglaterra, por ejemplo, al contrato indefinido se le conoce como Permanent Contract, lo que transmite una idea de duración y estabilidad), las ventajas de los trabajos temporales no son pocas. Además de un horario flexible y la posibilidad de asumir responsabilidad en un periodo muy corto de tiempo, el trabajador temporal goza de una libertad de movimiento y una movilidad horizontal incomparable. Trabajar por horas en actividad tan dispares como la hostelería, las nuevas aplicaciones informáticas o simplemente como teleoperador permite a los empleados compatibilidar sus estudios o hobbies con un sueldo regular y, por sorprendente que parezca, después de años de protestas y reivindicaciones, lo que antaño era una obligación ahora se está convirtiendo en una opción interesante.
Internacionalización
La externalización de servicios en las empresas y la demanda constante de expertos en aplicaciones informáticas, ha provocado que lo que antes era un patito feo se haya convertido en un cisne.En Inglaterra, según el estudio de Gordon Yates, el salario típico por hora de un temporal es de unos 18 euros, que multiplicado por 35 horas a lo largo del año da un sueldo de unos 30.000 euros, apenas 3.500 euros menos que el sueldo medio de un trabajdor fijo. Con las correspondientes vacaciones incluidas.
Para los empleados temporales no todo suena tan bien, pero lo cierto es que la demanda de trabajo y los sueldos, mucho más altos que en otras ciudades europeas, han convertido a Londres, paradigma del estudio de la agencia, en la ciudad favorita para buscar empleo. La vida es más cara, pero la posibilidad de ahorrar más y en menos tiempo, atrae a miles de europeos cada año a sus calles. Y a sus empresas.
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