En España se despide «mucho y mal» porque «no es caro» hacerlo ni tampoco difícil, según asegura CC.OO. en un informe sobre el mercado laboral, en el que ofrece numerosas cifras oficiales para intentar respaldar sus argumentos.
Así, utilizando como referencia datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), CC.OO. señala que algo más de 8 millones de trabajadores fueron despedidos en España entre 2006 y 2015, cifra que excluye los ceses por finalización de contrato y por conclusión del periodo de prueba.
Si esos más de 8 millones de despidos se comparan con los 9 millones de asalariados indefinidos del sector privado que hubo en España en la última década se concluye que en este periodo se produjeron casi nueve despidos por cada diez asalariados con contrato fijo.
En 2015, como mínimo, fueron despedidos en España algo más de medio millón de trabajadores por cuenta ajena, que posteriormente pidieron una prestación por desempleo. Esto equivale a decir, según CC.OO., que a uno de cada 17 asalariados se le rescindió su contrato indefinido el año pasado.
El sindicato reconoce que el número de despidos de 2015 fue el más bajo de los últimos diez años, periodo en el que destacó sobre todo el ejercicio 2009, cuando se produjeron 1.147.595 rescisiones, más del doble que en 2015. Esta diferencia se explica, señala CC.OO., porque en 2009 se destruyeron un millón de empleos asalariados, mientras que en 2015 se crearon casi medio millón.
Para CC.OO., «no deja de ser sorprendente» que se siga despidiendo a más de medio millón de personas cuando la población asalariada está mostrando ritmos de crecimiento del 3%.
Además de despedirse mucho, el sindicato insiste en que en España se despide «mal» porque las empresas utilizan los despidos individuales y no los colectivos, que suelen estar más justificados por la situación económica de la empresa y cuya indemnización es menor.
De hecho, de los 500.908 despidos registrados en 2015, sólo 31.405 (el 6%) fueron despidos colectivos, por lo que la inmensa mayoría fueron despidos individuales que pudieron responder o no a una causa económica, apunta el sindicato
En general, CC.OO. considera que en España existe una presencia «excesiva» del despido, pese a la elevada rotación y precariedad laboral, y critica que casi todas las reformas laborales se hayan fijado entre sus objetivos flexibilizarlo y rebajar su coste, cuando en realidad ni es caro ni es difícil despedir en España.
GRAVE DETERIORO DE LA PROTECCIÓN POR DESEMPLEO
Otra de las características del mercado laboral español de las que se queja el sindicato en este informe es el «grave deterioro» que, a su juicio, ha sufrido la protección por desempleo en los últimos años.
La tasa de cobertura (cociente entre los parados que cobran prestación y el total de parados con derecho a acceder a ella) finalizó 2015 en el 55%, lo que significa que sólo 55 de cada 100 parados con derecho a prestación la cobraba y que 45 de cada 100 estaban fueran del sistema.
En los últimos seis años, esta tasa se ha reducido casi 25 puntos debido a la duración e intensidad de la recesión; el aumento de parados de larga duración que agotan la prestación; la precariedad de los nuevos empleos, que no dan lugar a periodos de cotización suficientes para generar prestaciones, y los recortes aplicados por el Gobierno del PP al sistema de protección.
Como consecuencia de todo ello, el gasto en prestaciones por desempleo baja, pero no porque haya menos parados, sino porque «se expulsa muchos desempleados de la protección social» y la cuantía de las prestaciones que se perciben es menor debido a los recortes y al hecho de que cada vez pesan más las prestaciones asistenciales que las contributivas.
Según CC.OO., mientras que en diciembre de 2009 había 888.891 parados sin protección, en 2014 esta cifra se disparaba hasta 1.959.401, más del doble. Entre diciembre de 2009 y el mismo mes de 2015, el número de parados creció un 4,3%, el de perceptores de prestaciones bajó un 30% y el de personas excluidas del sistema aumentó un 120%.
En su informe, el sindicato concluye que el mercado laboral español es «insuficiente y muy desequilibrado» porque excluye a demasiadas personas, está muy masculinizado, se pagan bajos salarios, la rotación laboral es muy elevada, hay mucha desigualdad, pobreza y precariedad, muchos despidos, la protección frente al paro es «débil» y la población ocupada envejece de forma «preocupante».
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