El vicepresidente de la CEOE y presidente de Cepyme, Antonio Garamendi, ha apostado este martes por caminar hacia el «despido libre», en el sentido de una «flexibilidad en grande», tanto en la entrada como en la salida de la empresa, así como por abaratar el coste del despido y también por los salarios variables.
Así lo ha indicado durante la jornada inaugural del curso ‘El nuevo modelo económico. Lecciones de la crisis’, organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en colaboración con la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y patrocinado por BBVA.
Garamendi ha señalado en un primer momento que apuesta por el «despido libre» e incluso ha asegurado que «hoy en día hay despido libre, ya que cuando una empresa quiere prescindir de un trabajador, prescinde».
Preguntado a renglón seguido por los detalles de este despido, el presidente de Cepyme ha precisado: «No hablo de despido gratuito, sino de flexibilidad en la entrada y salida de la empresa. No estoy entrando en el coste, aunque es elevado para muchas empresas, no he dicho que el despido sea libre con indemnización cero».
No obstante, retomando la propuesta de Fondo Monetario Internacional (FMI) de establecer un contrato único, Garamendi ha señalado que «es complicado de implementar», pero que las condiciones de despido de los trabajadores veteranos y los nuevos son «vasos comunicantes», de modo que «el coste del despido podría intentar rebajarse para los trabajadores más antiguos y mejorarse para los jóvenes». «Hay personas que sería mejor que el despido fuese más barato», ha apostillado.
Lo que no ha matizado es que «los salarios tienen que ir más al variable» y que habría que tender también hacia «más transparencia en la empresa, en el conocimiento de su funcionamiento». «Todos tenemos que ceder de alguna manera», ha apostillado.
PIDE A MONTORO UNA BAJADA DEL IMPUESTO DE SOCIEDADES.
Por otro lado, el presidente de Cepyme ha señalado que la presión fiscal que soportan las empresas es «la mayor carga coactiva» a la que tienen que hacer frente. En su opinión, esta «multa que se impone a los buenos» es «excesiva» y la última reforma fiscal se limitó a igualar el tipo en Sociedades al 25%, sin dejar margen para reducir este tipo efectivo.
Después de que en la víspera el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, avanzase que hay margen para reducir impuestos directos, Garamendi ha asegurado que este tipo efectivo «no debería superar el 15%» en el caso de las pymes.
En este mismo capitulo, el presidente de Cepyme ha afirmado que los Impuestos de Sucesiones y Patrimonio son gravámenes «confiscatorios que limitan la capacidad de inversión y creación de empleo. «Creemos en creación de riqueza y no en el reparto de la pobreza y nuestros ahorros son el principal combustible de creación de empleo», ha añadido.
MODERACIÓN SALARIAL.
Garamendi se ha extendido también en otros propuestas que, en su opinión, son necesarias para sacar de pérdidas a los dos tercios de pequeñas y medianas empresas que actualmente las arrastran y permitir mantener y generar nuevos negocios. A su juicio, la «todavía frágil» recuperación económica caminará pareja al devenir de estas empresas.
Así, Garamedi ha recordado que los costes sociales que soportan las empresas son un 30% superiores a la media europea y ha insistido en la necesidad de mantener la senda de «moderación salarial».
PIDE RESPONSABILIDAD A LOS NUEVOS GOBIERNOS.
Tras el resultado del 24-M y la constitución de los nuevos ayuntamientos, Garamendi ha pedido «responsabilidad y estabilidad» para mantener el vigor de la recuperación económica. En este sentido, ha considerado «legítimo» cualquier opción política, si bien ha defendido gobiernos «fuertes y estables» para favorecer la actividad económica. «No experimentos con gaseosa», ha sentenciado en alusión a los partidos emergentes.
Ante la petición de banca pública por parte de los sindicatos, el responsable de Cepyme ha advertido sobre experiencias de este tipo que «no han sido muy afortunadas», por lo que se ha desmarcado de este tipo proclamas.
Garamendi ha defendido el cambio de «caras» en las organizaciones empresariales y ha admitido que anteriormente contaban con «ejemplos que no eran los mejores» en algunos puestos directivos. «Creo que estamos en el buen camino para adaptar la organización a los nuevos tiempos. Las caras no valen para nada, vale que se hagan las cosas bien», ha subrayado.
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