Después de la adopción generalizada del teletrabajo en el año 2020, impulsado por la pandemia de Covid-19, el trabajo remoto se convirtió en un punto de debate para las empresas. En principio, muchas optaron por apostar por nuevos esquemas de trabajo que combinaban la presencialidad con el trabajo desde casa. Estos modelos híbridos y flexibles comenzaron a parecer la norma, pero un corto tiempo después la tendencia empezó a cambiar. Algunas grandes compañías, comenzaron a abogar por el trabajo presencial con la creencia de que impulsa la eficiencia, fomenta la colaboración y consolida los valores corporativos. Sin embargo, el 81% de los candidatos en España considera que el teletrabajo impacta positivamente en su productividad.
Así lo indica el último Candidate Pulse de Page Personnel, marca perteneciente a PageGroup y líder en España en trabajo temporal especializado y selección permanente de mandos cualificados e intermedios. El informe revela que, aunque el trabajo remoto es percibido como un beneficio clave por los candidatos, su impacto no es uniforme. Mientras que la mayoría de los encuestados destaca mejoras en la concentración, la gestión del tiempo, la salud mental y la conciliación, algunos grupos encuentran desafíos en aspectos como el desarrollo profesional y la conexión con los equipos.
Teletrabajo y productividad
El estudio demuestra que, para la mayoría de los encuestados, el trabajo remoto es un factor que impulsa su productividad en el día a día. De hecho, un 85% señala que le permite gestionar mejor su tiempo, y este porcentaje asciende al 94% entre los managers.
Además, un 89% de los profesionales afirma que el teletrabajo les permite concentrarse mejor. Asimismo, un 70% considera que tiene menos distracciones por conversaciones informales con sus compañeros, mientras que un 54% siente menos fatiga que en la oficina. Por otro lado, contar con un mayor control sobre su entorno supone una ventaja para el 51%.
Sin embargo, a pesar de este consenso en términos de productividad, es curioso que los menores de 30 años sean el único grupo en el que la mayoría considera que más días de teletrabajo no supondrían un beneficio adicional. En cambio, los encuestados de 30 a 49 años y los de 50 años o más se inclinan hacia un mayor número de días en remoto.
El impacto del teletrabajo no se limita únicamente a la productividad. Para la mayoría de los profesionales, también ha supuesto una mejora en su bienestar y sus relaciones laborales. Un 94% destaca que le ha permitido conciliar mejor su vida profesional y personal, y un 78% lo asocia con un impacto positivo en su salud mental.
En cuanto a la dinámica de equipo, los datos contradicen la idea de que el trabajo en remoto debilita la colaboración: un 77% cree que esta se ha mantenido o incluso ha mejorado, y un 90% asegura que su relación con su manager no se ha visto afectada. Los managers coinciden con esta percepción, ya que un 92% considera que su relación con sus equipos tampoco ha cambiado.
Más allá de los datos positivos, han surgido voces que disienten y argumentan que el trabajo en remoto promueve el task masking, una práctica en la que solo se aparenta estar ocupado. Sin embargo, el origen de este fenómeno no tiene nada que ver con el teletrabajo y está más relacionado con dinámicas de trabajo sobreexigentes.«Este tipo de comportamientos no son exclusivos del teletrabajo y, en muchos casos, están más ligados al síndrome de burnout o agotamiento laboral», señala Jaime Asnai González, Director General de PageGroup España y Portugal. «Que el 81% de los candidatos considere que el teletrabajo mejora su productividad demuestra lo mucho que valoran la flexibilidad y la posibilidad de equilibrar mejor su vida personal y laboral. Sin embargo, eso no significa que sea la mejor opción para todas las tareas. De hecho, combinar el trabajo presencial con el remoto puede ser muy beneficioso según el tipo de actividad».
El papel de la oficina en el futuro
Si bien la mayoría de los candidatos percibe el trabajo en remoto como una opción eficaz en términos de productividad y bienestar, esto no significa que las empresas puedan prescindir de sedes para sus trabajadores.
Así pues, muchos de ellos valoran positivamente las ventajas que ofrecen las oficinas. Más allá de compartir con los compañeros, el 91% de los encuestados considera que las condiciones del espacio físico, como la iluminación, la temperatura y el ruido, contribuyen a su comodidad. Además, un 64% destaca el papel de la oficina en la colaboración, mientras que un 46% la ve como un espacio que facilita la conexión con la misión de la compañía. Asimismo, poder contar con el equipamiento adecuado es fundamental para el 46% de los profesionales, en especial para los más jóvenes (67%).
Parece por tanto que encontrar un equilibrio entre ambas modalidades puede ser la mejor opción. «Un modelo híbrido permite a los empleados una mejor organización de su vida personal y esa flexibilidad se traduce al final en mayor bienestar y productividad. A su vez ir a la oficina ciertos días facilita la conexión con los compañeros y la cultura de la empresa. Solo es cuestión de planificarse, aprovechando los días en esos espacios comunes para centrarse en el trabajo en equipo y los de teletrabajo para concentrarse en tareas individuales», explica Jaime Asnai.
En todo caso, es importante recordar que garantizar un entorno de trabajo óptimo, ya sea en remoto o en la oficina, sigue siendo esencial para impulsar la productividad. De este modo, tener metas claras (76%), ofrecer una remuneración justa (60%) y disponer de herramientas de colaboración adecuadas (37%) son factores clave para que los profesionales puedan desempeñar su trabajo de manera efectiva en cualquier modalidad.