Ahora que las empresas intentan animar a sus trabajadores a volver a la oficina, el 48% de los trabajadores españoles pensaría en cambiar de trabajo si tuviera que ir físicamente todos los días de la semana. Además, los empleados españoles más jóvenes se muestran más reacios que sus colegas mayores a volver a tiempo completo. De hecho, el 59% de los empleados de 18 a 24 años y el 56 % de 25 a 34 años consideraría buscar otro trabajo si tuviera que ir a diario. Por su lado, el 40% de la franja de edad comprendida entre 45 y 54 años, y el 25% de por encima de 55, opinan de la misma manera.
Así lo indica “People at Work 2022: una visión sobre el equipo humano global”, el último informe realizado por ADP® Research Institute, en el que ha entrevistado a más de 33.000 empleados en España y otros 16 países, con el objetivo de analizar las actitudes de los empleados hacia el mundo laboral actual y lo que esperan en el futuro.
Según Ana Koester, directora de Operaciones de ADP Iberia, “ahora que las limitaciones de movimiento por el COVID son más flexibles, pero que en ciertos países se vuelve a tomar medidas para controlar su contagio, la duda que surge es si tiene sentido pedir u obligar a los trabajadores a que vuelvan a la oficina. Para muchos de ellos podría ser un tema fundamental, que podría provocar la decisión de abandonar la compañía.
Las conclusiones de nuestro estudio van en contra de lo que se cree en algunos sectores sobre que los más jóvenes querrían volver a la oficina por motivos tanto sociales como de progresión profesional. Para que las empresas puedan tomar la decisión correcta y evitar cualquier preocupación por parte de sus empleados, valdría la pena investigar si el hecho de que no quieran volver se debe a motivos sanitarios o a otras causas. Pero conocer la realidad podría preocupar a los ejecutivos ya que son conscientes de lo importante que es para los jóvenes estar rodeados de sus compañeros y managers ya que les sirve para aprender, ganar experiencia y crear contactos desde el inicio de sus carreras”.
Una de las soluciones podría ser contar con un acceso fácil para gestionar los datos del Capital Humano con el objetivo de crear visibilidad en torno a las personas y los equipos. Esto podría ayudar a una mejor toma de decisiones, crear una cultura interna más conectada y mejorar la confianza y la lealtad entre los empleadores y el personal.
“Si las empresas temen que los jóvenes prefieran estar ‘aislados’ debido al nuevo escenario, deberán encontrar nuevas formas de alentarlos a volver a un entorno físico, hacerles sentir importantes en la oficina y ayudarles a reconstruir la confianza perdida y sus habilidades”, añade Ana.