Desde la irrupción de la pandemia del coronavirus los modelos de trabajo han cambiado por completo. Las empresas están en constante actualización para aclimatarse a las exigencias de sus trabajadores, que buscan cada vez más flexibilidad y conciliación familiar, y empiezan a probar nuevas tendencias, como es la jornada laboral de cuatro días.
En este contexto, Sergi Ramo, CEO y fundador de groWZ Consultants, consultor, coach y experto en nuevos modelos híbridos, explica las ventajas de este nuevo modelo de trabajo, entre las que destacan un ahorro en costes para las empresas y el aumento de la productividad de los trabajadores.
“Por el momento no son muchas las empresas las que han implementado una jornada laboral de cuatro días, principalmente por la falta de un marco legal, pero los resultados han sido muy positivos. Por norma general, empresario y trabajadores abrazan, todavía más, las nuevas tecnologías y aprenden a estructurar mejor su tiempo, construyendo periodos de trabajo concentrado y reformando radicalmente las reuniones innecesarias”, detalla Ramo.
Sin ir más lejos, Reino Unido probó un programa piloto con este tipo de jornada en 70 empresas. Cuatro meses después, el 78% de las participantes catalogan la transición como “buena” y el 86% de las mismas confirma que mantendrá dichos horarios acabada la prueba. Por su parte, 9 de cada 10 trabajadores (95%) aseguran que trabajan mejor con una jornada de cuatro días en comparación con la anterior de cinco.
La jornada híbrida
Mientras que se esclarecen todas las dudas en torno a la jornada laboral de cuatro días y su posible implementación masiva, los empresarios ya han ido probando otros modelos de trabajo para acomodarse a las necesidades de sus trabajadores.
“Si echamos la vista atrás, podemos ver que la jornada de cinco días, tal y como la conocemos ahora, se empezó utilizar a principios del siglo XX, por lo que no es un practica relativamente moderna. Así, no es de extrañar que ahora, poco más de 100 años después, surjan nuevos modelos para aprovechar al máximo los recursos de las empresas y mejorar el rendimiento de los empleados”, comenta Ramo.
En este sentido, el experto se detiene en la denominada ‘jornada híbrida’. Basado en unir lo mejor del trabajo presencial y lo mejor del trabajo remoto, este tipo de jornada permite a las empresas, según diversos estudios, reducir una media anual de 3.000 euros por empleado al año.
“No hablamos exclusivamente de una reducción de costes en infraestructuras para las empresas, sino de un beneficio claro para el trabajador en términos como el ahorro de tiempo y desplazamientos”, comenta Ramo, y añade, “sin embargo, para que este modelo funcione se debe construir un verdadero entorno laboral híbrido y saber cuándo es necesario acudir al trabajo de forma presencial y qué trabajo se puede hacer desde casa, pues solo así mejoraremos el ambiente laboral y la productividad de los empleados”.
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