El teletrabajo se expande y multiplica a pasos agigantados, pero a pesar del gran crecimiento que ha experimentado en los dos últimos años, aún hay obstáculos que dificultan su desarrollo. La crisis sanitaria mundial catapultó las cifras de los nuevos teletrabajadores, lanzados a este nuevo modelo laboral para reducir el contacto físico y el riesgo de contagio. A estas alturas de la pandemia, ha habido marcha atrás por parte de algunas organizaciones que siguen ancladas en la presencia de los profesionales y empleados en sus puestos de trabajo, en oficinas o instalaciones. Otras, en cambio, sí han aceptado los beneficios del trabajo a distancia y lo han integrado definitivamente manteniéndolo, la mayoría de ellas, en formato híbrido, la modalidad triunfante en la actualidad en el panorama mundial.
Por su parte, los profesionales sí se han decantado por lo general, por continuar teletrabajando al confirmar la posibilidad de conciliación y de ahorro, entre otros, que el trabajo a distancia les proporciona. Pero ¿por qué entonces el teletrabajo no se ha mantenido como sistema prioritario en las actividades que lo permitirían? “Además del presentismo, que continúa tan arraigado todavía en nuestra sociedad, nuestros estudios señalan dos obstáculos fundamentales: la falta de herramientas tecnológicas adecuadas y la mejorable formación tanto en los mandos de las organizaciones como en los propios trabajadores”, señala Joan Pons, CEO de Workmeter, la empresa especializada en el desarrollo de soluciones de software para la medición del desempeño y de la productividad.
Según Pons, esos dos escollos principales encabezan una lista de necesidades mínimas que se deben solucionar para despejar de manera definitiva el camino al teletrabajo. Carencias fáciles de resolver y que eliminaría muchos problemas y costes en las empresas.
- Herramientas tecnológicas. Disponer de un software adecuado y completo para desarrollar la actividad laboral a distancia es vital para el buen funcionamiento de los empleados, de los proyectos y de la organización. Programas integrales para gestionar personas, procedimientos, proyectos y actividad laboral permiten optimizar el rendimiento y la productividad del conjunto.
- Formación específica. Las herramientas tecnológicas facilitan la gestión de la actividad y los procesos. Saber cómo manejarlas para obtener el máximo beneficio es imprescindible y está al alcance de todos, empleados, mandos… Un buen programa de gestión debe ser sencillo, completo e intuitivo para facilitar su utilización y ofrecer la mejor experiencia al usuario. Pero no todos lo consiguen… “Workmeter sí trabaja en estos puntos porque el objetivo es ser útiles, optimizar procedimientos, facilitar el trabajo al usuario y ofrecerle los mejores resultados tanto para sí mismo, en el plano personal y laboral, como para la empresa”, destaca Pons.
- Cultura laboral. Evolucionar hacia una cultura laboral en la que el bienestar del trabajador esté los objetivos prioritarios de la empresa es una asignatura pendiente aún para muchas organizaciones. La flexibilidad, el reconocimiento junto con los medios tecnológicos, entre otros, son varios de los incentivos que cada vez más empresas están introduciendo para que sus profesionales desarrollen su trabajo de manera óptima porque han confirmado que ello beneficia a ambas partes. Proporcionar una mejor calidad de vida al empleado, además, atrae y retiene talento, en ocasiones, más que otro tipo de incentivos económicos.
- Mentalidad autónoma del profesional. Para trabajar a distancia, la autodisciplina y la responsabilidad son características vitales. La confianza entre las partes también es imprescindible para el proceso. Durante la transición entre el modelo presencial y el teletrabajo, las herramientas tecnológicas son el elemento necesario para optimizar el desarrollo de la actividad laboral de los empleados al hacer un seguimiento y actuar como guía durante los proyectos y procedimientos. También contribuyen a mantener conectados entre sí a los empleados que trabajan a distancia para no perder nunca el carácter de grupo.
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