Especialmente en las grandes ciudades en las que los trayectos de casa al trabajo y del trabajo a casa puede suponer muchas horas perdidas a la semana, poder trabajar desde dónde uno quiera, es algo que muchos empleados valoran positivamente. Exactamente con un 8,2 sobre 10, según la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías y Comunicación en los Hogares (INE). Por el contrario, otros sienten que desempeñar sus funciones laborales desde sus domicilios, no es algo que llegue a convencerles, porque son incapaces de desconectarse a la hora (60,8%), no llegan a concentrarse como en la oficina o porque echan de menos el contacto directo con otros compañeros de trabajo (el 82,2%).
Según Ángel Serrano CEO de zityhub, ”las compañías están empezando a experimentar el modelo híbrido combinando trabajo presencial y trabajo en remoto, pero lo que demandan los profesionales es el híbrido flexible, donde ellos deciden cuándo ir a la oficina y no los días previamente fijados por la empresa».
Según datos de la consultora de RRHH Robert Walters, el teletrabajo es ya un factor determinante para el 52% de los profesionales a la hora de cambiarse de empleo. Esto indica que al igual que lo es el salario, por ejemplo, la modalidad de trabajo es decisiva para que los empleados decidan si quieren seguir en sus empresas o se animen a buscar un puesto en otra compañía que sea más flexible. Incluso, 7 de cada 10 personas ya consideran una reducción de sueldo a cambio de mejores condiciones de conciliación y bienestar.
El problema surge cuando entre los directivos se encuentran algunos que consideran que debido al trabajo en remoto y una actividad más autónoma de los trabajadores, pierden el control sobre las tareas de estos. También que la productividad puede verse comprometida.
En este sentido, desde zityhub, consideran que hay ciertos factores que ligan el trabajo al aumento de la productividad, independientemente del lugar en el que las tareas que un trabajador tiene que desempeñar, se lleven a cabo. Así, destacan que es importante:
Establecer el mismo esquema de flexibilidad para los diferentes colaboradores, ofreciendo una política uniforme, pero evidentemente alineada con las características del puesto y sus responsabilidades. En cualquier caso, se debe buscar que los equipos sean capaces de desarrollar su actividad, independientemente de dónde la realicen; en la oficina, en sus casas o en los llamados “terceros espacios”.
- Primar el trabajo por objetivos: un trabajo bien hecho y a tiempo es el mejor indicador de productividad, mucho más fiable que las horas que una persona pasa delante del ordenador.
- Satisfacción del empleado generando un ambiente de confianza: los empleados son más productivos cuando se les demuestra que se confía en ellos y sobre todo, que se cuenta con ellos para que la empresa siga creciendo. Según el CEO de zityhub «En la productividad de un profesional es más importante su satisfacción y compromiso con la Compañía que su presencialidad en la oficina». La falta de satisfacción por parte del empleado conlleva a una baja productividad laboral, que dará lugar a un posible incumplimiento de los objetivos y, por tanto a la pérdida de ingresos, así como a la fuga de talento.
- Inclusión de rutinas de bienestar: el compromiso y la motivación de los empleados mejora en un 70% cuando perciben que su empresa cuida de su bienestar, además de ser factores que aseguren la atracción y retención del talento, según la encuesta realizada por la plataforma de bienestar corportativo Gympass. Este cuidado por el bienestar del empleado va más allá del entorno laboral y engloba políticas como la de conciliación, retribución flexible o programas de beneficios o incentivos, que permitan al empleado equilibrar su vida personal y profesional y aumentando así la eficiencia y productividad del mismo.
- Desarrollar la cultura de empresa: involucrar a los empleados en las acciones que la organización está llevando a cabo y mantenerles al día de lo que se está haciendo más allá de su equipo de trabajo, desarrolla un sentimiento de compromiso que, a día de hoy, es más bien escaso. Y es que según la encuesta sobre Tendencias en Beneficios 2019 elaborada por Willis Towers Watson, el 87% de los empleados no se siente comprometido con su trabajo. Otros análisis como el Workforce of 2020 de Oxford Economics confirman que sólo el 13% de los trabajadores dicen estar comprometidos con su empresa.
- Un nuevo liderazgo: pasando de comunicaciones de uno para todos (previas a la pandemia, con mensajes excesivamente generalistas) a conversaciones más interactivas, uno a uno, y reducir así el diferencial en percepciones entre manager y empleado. De este modo, se entenderá lo que es verdaderamente importante para cada profesional, ofreciendo la mayor flexibilidad posible.
- Vuelta a lo básico: dotando de espacios adecuados para trabajar, espacios de trabajo con todas las necesidades incluidas. Y también, proporcionar las herramientas tecnológicas para trabajar desde cualquier lugar. Apoyarse en la tecnología, ayudando a los empleados y a la propia empresa a mantenerse en el camino de una verdadera digitalización.
“El mismo estudio de Robert Walters al que ya se ha hecho referencia, indica que un 72% de los profesionales culpa de sus faltas de productividad a las interrupciones y al ruido generado por la propia oficina. Por ello, la clave para potenciar el uso de las oficinas de una empresa, es dotarla de los espacios que favorezcan el nuevo propósito como es la colaboración, la innovación y la transmisión de la cultura y valores de la marca”, finaliza Ángel Serrano.
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