Samsung Electronics Co., Ltd acaba de anunciar los resultados de un estudio paneuropeo realizado a más de 14.000 consumidores que revela que los modelos convencionales de vida laboral son cosa del pasado, ya que para los europeos no hay vuelta atrás al horario tradicional de «9 a 5». El estudio, Hybrid Living Futures, presentado hoy por Samsung en colaboración con The Future Laboratory, analiza cómo se han adaptado los europeos al aumento de la vida híbrida -trabajando y conectándose con otros tanto virtualmente como en la vida real- y el impacto que esta nueva forma de vida tendrá en el futuro de nuestros hogares y lugares de trabajo1.
Combinando turnos flexibles, jornadas laborales más cortas y horarios básicos, está surgiendo una fuerza de trabajo más ágil para llenar el vacío que deja la jornada laboral tradicional. Los partidarios de la flexibilidad están aprovechando todo el espectro de momentos de trabajo y de vida que tienen a su disposición, tomando el control tras un periodo en el que probaron nuevas formas de trabajo para dictar sus propios ritmos y rutinas. Los países más contrarios para volver a la rutina anterior son Alemania, Suecia, Polonia y España donde sólo el 7%, el 11%, el 12% y el 13%, respectivamente, de los trabajadores prefieren un horario tradicional de 9 a 5 en lugar de la flexibilidad de la vida híbrida. En general, el 86% de los europeos han adoptado una forma hibrida de vida y ya no desean volver al horario tradicional de oficina.
Meik Wiking, fundador y director general de The Happiness Institute, ha colaborado con Samsung para explorar el futuro de los modelos de trabajo. «A medida que la novedad y la necesidad de la flexibilidad se imponen, a pesar de sus límites poco claros e indefinidos, a la realidad del presentismo, la gente busca ayuda sobre cómo lograr un equilibrio entre la productividad y el bienestar, ya que la vida híbrida plantea su propio conjunto de desafíos”.
Los peligros de la cultura de «estar siempre conectado”
Aunque muchos españoles se encuentran cómodos en el modelo híbrido, un 19% de trabajadores reconocen tener dificultades para desconectar del trabajo, un 13% tiene la sensación de trabajar a todas horas y un 14% hasta altas horas de la noche, mientras que el 45% de ellos utiliza el tiempo que ha recuperado de los desplazamientos para realizar tareas domésticas. El aumento del tiempo que se pasa en casa ha provocado que muchos trabajadores sientan que están haciendo varias tareas al mismo tiempo, y la forma más común de gestionar las exigencias laborales y domésticas es hacer malabarismos en ambos ámbitos a la vez, siendo esa la sensación para el 18% de los españoles, por debajo de otros países como Grecia e Italia, donde el porcentaje es del 41% y 40%, respectivamente. Los datos españoles también contrastan con países como Francia y Dinamarca, donde el 36% y el 35% afirman que estas obligaciones se combinan sin problemas, en el caso de España un 21%.
Mirando al futuro
Para hacer frente a las presiones de esta cultura «siempre conectada», el 57% trabajadores europeos siguen buscando activamente formas de crear un límite entre su vida personal y profesional, lo que se eleva a tres cuartas partes (74%) en el caso de los trabajadores españoles, frente a la mayor despreocupación con un 46% en el Reino Unido.
Las nuevas tecnologías están evolucionando para evitar este gap y crear una conexión con sentido en un mundo físicamente desconectado. La investigación muestra que al 75% de trabajadores españoles la tecnología les ha ayudado a adaptarse a nuevas rutinas, mientras que el 63% ha dicho que les ayuda a establecer nuevos límites y a recuperar el control de sus vidas. Un 25% de los trabajadores en España programa alarmas en el móvil, otro 16% hace uso de dispositivos domésticos inteligentes como ayuda, y el 10% utiliza aplicaciones de gestión del tiempo, mientras que el 13% utiliza dispositivos o aplicaciones inteligentes para gestionar su tiempo en el trabajo y en casa.
Pero a pesar de estos esfuerzos de adaptación, el 78% de los trabajadores españoles sigue buscando un mejor uso de la tecnología y más apoyo de sus jefes para ayudarles a gestionar esta nueva forma de vivir y trabajar frente a un 83% en el caso de la media europea.
Benjamin Braun, director de Marketing de Samsung Europa, comenta: «Estamos en un punto crítico para que las empresas hagan las cosas correctamente en un modelo híbrido. Lo que muestra este informe es que los trabajadores se sienten ahora capacitados para dar prioridad a sus propias necesidades y, a medida que el mundo sigue desbloqueándose y la gente vuelve a estar en movimiento, las empresas tienen que estar a la altura de afrontar el reto o saldrán perdiendo. La pandemia ha aumentado nuestra dependencia de la tecnología para realizar tareas que antes eran analógicas y, con el presentismo convertido en un concepto obsoleto, los empresarios deben pensar detenidamente en cómo satisfacer las demandas de la vida híbrida moderna».
Meik Wiking, director general de The Happiness Research Institute añade: «La tecnología ha ayudado a los europeos a compaginar su vida personal y profesional, y uno de cada cinco ya utiliza el IoT y los dispositivos móviles para llevar un estilo de vida híbrido, pero todavía estamos muy lejos de la mejor versión de la vida híbrida. De cara al futuro, es probable que la tecnología intervenga para beneficiar tanto nuestra salud mental como nuestra felicidad y nuestra salud física, y que los dispositivos inteligentes se conviertan en nuestros asistentes de bienestar”.
El papel fundamental de los hogares para adaptarnos a la ‘vida híbrida’
El informe también revela el importante papel que desempeñan nuestros hogares para ayudarnos a adaptarnos a la vida híbrida y marcar los límites. Así, un 59% de los encuestados españoles ha realizado -o está planeando- mejoras en su casa para facilitar la vida híbrida, frente un 66% entre los europeos, y un 54% ha creado nuevos espacios en casa para marcar los límites entre el trabajo y el tiempo personal, por encima del 48% en el caso de los europeos. Por último, el 42% de los españoles ha decidido cambiar de casa, por una nueva residencia que se adapte mejor a esta nueva forma de vida, dato similar al resto de Europa donde un 41% ha tomado esta decisión.
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