Ha pasado un año desde que dejáramos la taza del café, el bloc de notas y los objetos personales en nuestro puesto de trabajo. Y lo hacíamos con una noción de tiempo más corta de lo que iba a significar luego. Pronto, nuestra casa se convirtió en una oficina real. Surgieron problemas livianos sobre el fondo de nuestro Zoom hasta llegar a otros más trascendentales que nos ponían de relieve las videoconferencias: la necesidad de conciliación. Apareció una palabra que ha llegado para quedarse: el teletrabajo. Con motivo de este primer año de Estado de Alarma y pandemia, Alares y Fundación Alares han hecho un balance sobre cómo ven los empresas y las personas que trabajan en ellas esta modalidad y qué cambios se experimentarán en este año. Varios datos: El 86% de las empresas valoran la experiencia empresarial en relación al teletrabajo como “buena” y “muy buena” y al 95% de los trabajadores y trabajadoras les gustaría seguir teletrabajando.
Un año da para mucho. Y con una pandemia, para mucho más. El Informe sobre el teletrabajo en tiempos del covid-19 dirigido a empresas, realizado por Fundación Alares, en julio de 2020, reveló que casi el 60% de las empresas no tenían implementada la modalidad de teletrabajo. Esto obligó a que muchos departamentos de Recursos Humanos y Tecnología tuvieran que gestionar de forma titánica el envío de equipos informáticos, material de oficina… a todas partes de España. Con el paso del tiempo, las grandes capitales comenzaron a descentralizarse y surgieron nuevos trabajos a distancia en distintos pueblos y provincias de España.
El teletrabajo aumenta la productividad
Según Fundación Alares, solo el 38% de las compañías han ofrecido flexibilidad a toda la plantilla. Y el 52% que han concedido flexibilidad horaria han notado una mejora en la productividad. Este es uno de los temas más hablados con respecto al teletrabajo, la productividad. En general, el 50% de las empresas aseguran que el teletrabajo ha aumentado la competitividad, pero el 70% no han establecido procedimientos para medir la productividad del trabajo en remoto.
Con mayor o menor productividad, lo que sí se han incrementado han sido las reuniones virtuales. Bien sea por Skype, Zoom, Google Meet, Teams… el 23% de las empresas hacen reuniones diarias y el 55% las prefieren de forma semanal para mejorar la comunicación a distancia.
2021, el año de la “fatiga pandémica”
Casi todas las personas expertas coinciden en que, mientras se implementan nuevas modalidades de teletrabajo – bien a tiempo completo o algunos días a la semana – se está generando una ola invisible de mala salud mental. Crecerán los problemas de ansiedad, estrés, miedo, fobias, de familia y pareja. Y las empresas también tendrán que hacer frente a la “fatiga pandémica” de sus plantillas. Con respecto a la formación y cuidados, el 26% de las organizaciones han difundido consejos sobre la comodidad en el lugar de trabajo y el 18% han establecido protocolos de ayuda ante la ansiedad y el estrés. Según la encuesta de Fundación Alares, el 26% ha proporcionado ayuda médico-psicológica; seguido de un 19% con gestiones administrativas y, en menor proporción, con un 9%, ayuda a domicilio ante enfermedad.
En resumen, el 58 % de las empresas afirman que continuarán con la modalidad de teletrabajo una vez se normalice la situación actual. El 18% lo llevará a cabo al menos dos días en semana; el 16 % más de dos días a la semana; el 14 % de manera continua salvo para ocasiones que requieran la presencia física, y el 11% lo permitirán un día a la semana.
El 94% de las empresas aseguraban que están dispuestas a compensar gastos derivados del teletrabajo, antes de que se estrenara esta normativa. En definitiva, el 86% de las empresas valoran la experiencia empresarial en relación al teletrabajo como “buena” y “muy buena”.
El teletrabajo también genera estrés
¿Qué opinan las personas trabajadoras? El Informe sobre el teletrabajo en tiempos del covid-19 dirigido al capital humano de las organizaciones, realizado por Fundación Alares, en el mes de abril, arroja que los principales retos a los que han tenido que hacer frente las empleadas y empleados han sido la ansiedad general por el impacto de la situación (15%), seguido al aislamiento social (14%) y la dificultad para mantener un horario regular (14%). A pesar del estrés, el dato más significativo es que al 95% le gustaría continuar en teletrabajo en mayor o menor medida, siendo dos días por semana lo más destacado (39%). Solo un 5% de las personas encuestadas no desearían continuar con el teletrabajo.
El 66% de las personas afirman no haber recibido ninguna ayuda o servicio por parte de su empresa. Del 34% de las personas que dicen que sí, encontramos que el 22% de ellas han sido para “ayuda psicológica”. En porcentajes menores, las empresas han facilitado a su plantilla servicios como los “profesores/as particulares” (5%), la “compra de medicamentos” (4%) o el “servicio de realización de compra” (3%). Más del 85% de los trabajadores y trabajadoras que reciben servicios emocionales por parte de sus empresas afirman que estos servicios han sido de gran ayuda.
Por último, las plantillas de las empresas tienen gran preocupación por la posibilidad de conciliar vida personal y laboral una vez volvamos a la “normalidad”. El 88% de las personas que se encuentran trabajando consideran importante disponer de planes laborales que les ayuden a conciliar mejor.
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