Panasonic Connect, empresa líder en el desarrollo de tecnologías innovadoras y soluciones profesionales, apuesta por impulsar la sostenibilidad a través de sus productos y servicios, como es el caso de su gama de tabletas y ordenadores TOUGHBOOK.
Un estudio realizado por Panasonic TOUGHBOOK en los países nórdicos pone de manifiesto que aproximadamente un tercio de las empresas en Suecia, Dinamarca, Noruega y Finlandia renueva sus tabletas y ordenadores de manera regular tras un máximo de tres años, sin importar la durabilidad de los productos. De hecho, entre el 1% y el 4% de las empresas ha compartido que reemplazan sus herramientas tecnológicas en menos de un año, una práctica que desde una perspectiva de sostenibilidad es extremadamente perjudicial, aunque no sorprendente.
Asimismo, el informe anual de residuos electrónicos publicado por la ONU en marzo de 2024 pone de manifiesto que la producción mundial de desechos electrónicos crece cinco veces más rápido que la cantidad de desechos que se reciclan. Esto significa que por cada dispositivo reciclado, se descartan cinco veces más equipamientos tecnológicos como ordenadores, tabletas y teléfonos. En 2022, los 62 millones de toneladas de desechos electrónicos generados podrían llenar 1,55 millones de camiones de 40 toneladas.
“Las empresas tienen la oportunidad de liderar el cambio adoptando ciclos de reemplazo basados en la durabilidad real de las herramientas informáticas y optando por productos que estén diseñados para durar. Esto no solo contribuirá a reducir los desechos electrónicos, sino que también puede generar un ahorro financiero importante a largo plazo”, afirma Stefan Lindau, Nordic Country Manager de Panasonic TOUGHBOOK.
Ciclos fijos de reemplazo y la obsolescencia programada, dos obstáculos clave
Un factor importante que contribuye al problema es que muchas empresas siguen ciclos fijos de reemplazo de hardware, sin considerar la durabilidad real de los dispositivos. Esta práctica lleva a que productos que podrían seguir funcionando sean descartados prematuramente. Además, existe el fenómeno conocido como “obsolescencia programada”, en el que los fabricantes diseñan productos con una vida útil intencionalmente reducida para fomentar la compra recurrente.
Esta tendencia de las empresas responde en parte al deseo de mantener a sus empleados actualizados con la tecnología más nueva.
“Si bien a veces hay razones justificadas para ello, en la mayoría de los casos esta prisa por actualizar no es realmente necesaria. Esta conducta también se refleja a nivel individual, donde muchos usuarios reemplazan sus teléfonos inteligentes simplemente por un modelo nuevo sin considerar la vida útil restante del equipamiento tecnológico”, expresa Lindau, quien añade que, “Es esencial que las empresas reconsideren sus estrategias de reemplazo de dispositivos. Optar por hardware más duradero no solo es un acto de responsabilidad ambiental, sino también una decisión financiera inteligente a largo plazo. La durabilidad y la fiabilidad de los equipos pueden reducir drásticamente el desperdicio y las emisiones asociadas a la producción de nuevos equipos”.