La inteligencia artificial está en todas partes. Se habla de ella y de sus aplicaciones en todos los ámbitos: ayuda con las tareas diarias y mejora la eficiencia de los procesos, incrementa la seguridad digital, agiliza, personaliza, monitoriza, automatiza… Pero por otra parte, su irrupción masiva e inesperada en el entorno laboral también puede llegar a provocar más ansiedad y estrés, debido a las dificultades para adaptarse, miedo a perder el puesto de trabajo en su favor o psicosis digital.
Desde Affor Health, consultora especializada en salud mental y bienestar psicosocial en el entorno laboral, han analizado cuáles son los principales retos en gestión psicosocial de la llegada de esta tecnología a la vida de los trabajadores:
- Desempleo por automatización: Existe el temor de que la IA reemplace empleos humanos, y aunque inicialmente este miedo se centraba en los empleos de baja cualificación de los sectores de manufactura y servicios, cada vez más hay preocupación por la automatización de otros trabajos altamente cualificados, incluidos los legales y creativos.
- Pérdida de privacidad: Con la IA procesando grandes volúmenes de datos personales para aprender y tomar decisiones, muchos temen una invasión a su privacidad y el uso indebido de su información.
- Dependencia excesiva: La creciente dependencia de la tecnología puede llevar a una disminución en habilidades humanas básicas, como la navegación o la memoria, al confiar demasiado en dispositivos inteligentes.
- Sesgo algorítmico: A muchos les preocupa que los algoritmos de IA reflejen o amplifiquen sesgos humanos existentes en los datos, resultando en decisiones injustas o discriminatorias.
- Control y autonomía: Temor de que sistemas de IA altamente autónomos actúen de formas imprevistas o incontrolables, especialmente en áreas críticas como la seguridad nacional o la conducción autónoma.
- Desconexión social: Inquietud sobre cómo la interacción creciente con tecnologías basadas en IA puede disminuir las interacciones humanas reales, afectando las habilidades sociales y el desarrollo emocional. En el ámbito de los negocios, esto puede trasladarse también a la pérdida de interacción humana en el servicio al cliente, donde los chatbots y asistentes virtuales reemplazan a las personas, lo que puede llevar a experiencias de usuario frías o insatisfactorias.
- Impacto en la toma de decisiones: Preocupación por la dependencia de sistemas de IA en ámbitos críticos, como la medicina o las finanzas, pueda llevar a decisiones importantes basadas más en algoritmos que en juicios humanos, lo que preocupa especialmente en situaciones que afectan la vida humana, como en vehículos autónomos o sistemas judiciales.
- Seguridad de los datos: Temor sobre la vulnerabilidad de los sistemas de IA a ataques cibernéticos, lo cual podría tener consecuencias graves si la información personal o corporativa es robada o manipulada.
- Inequidad tecnológica: Ansiedad por que el acceso a tecnologías avanzadas como la IA y los beneficios asociados a ellas pueda exacerbar las desigualdades existentes.
- Manipulación de la opinión pública: Que la IA en redes sociales y plataformas de comunicación pueda ser utilizada para manipular percepciones públicas y debates políticos a través de noticias falsas y propaganda.
“Los miedos relacionados con la inteligencia artificial pueden tener un gran impacto tanto en la salud mental como en las relaciones interpersonales, y no es algo que se deba tomar a la ligera. Al mismo tiempo que implementan soluciones y herramientas de IA para impulsar su negocio, las empresas deben contemplar medidas de prevención y protección de la salud mental. La ansiedad y el estrés provocados por el temor al desempleo y la pérdida de privacidad pueden llevar a trastornos como el estrés crónico y la depresión y, a la larga, a perjuicios más importantes como la pérdida de productividad y de talento”, valora Jaime Barrera, director de relaciones institucionales de Affor Health.