Si hay algo que ha transformado por completo nuestra forma de aprovechar la inteligencia artificial, son los modelos de lenguaje. Herramientas como ChatGPT o Bard son tan hábiles en la simulación del lenguaje natural que se utilizan con frecuencia para programar chatbots o generar contenidos escritos con una calidad casi equiparable a las habilidades humanas.
Sin embargo, es importante destacar que estas tecnologías no aprenden ni trabajan de manera autónoma. En el trasfondo de su funcionamiento y de los textos e imágenes que generan, subyace un arduo trabajo de desarrollo y prueba de los sistemas, respaldado por individuos que formulan solicitudes para que estos respondan y generen resultados. Esta es la labor de los prompt engineers.
Es difícil predecir el futuro de la Inteligencia Artificial, especialmente cuando existen avances tecnológicos constantes y desarrollos innovadores, pero lo que está claro es que los prompt engineers tendrán un papel fundamental en el desarrollo de la interacción con la IA. Así lo explica Agustín Cuenca, CEO & Founder NeuroK.es, “el objetivo de los prompt engineers es aprender a hablar con la inteligencia artificial. Esto se hace a través de los prompts, que son instrucciones que le damos al sistema de IA, como un modelo de lenguaje, para generar una respuesta.”
Durante la jornada sobre Inteligencia Artificial y Prompt Engineers, organizada por IMMUNE Technology Institute, tanto Cuenca como Javier Recuenco, experto en Inteligencia Artificial en IMMUNE Technology Institute y CSO & Founder de Singular Solving, hablaron sobre qué modelos utilizar para hablar con la IA y las limitaciones que esta sigue teniendo. “ChatGPT sigue teniendo limitaciones, como pueden ser la escasez de datos, el tamaño del prompt con el que se le pregunta o la calidad de la información con la que ha sido enseñado. Asimismo, también influyen variables como el sesgo de género, que se ha denunciado en varias ocasiones. Si los datos de entrenamiento tienen sesgos de género, es posible que las respuestas generadas por ChatGPT también muestren esos sesgos”, explicaba Javier Recuenco.
“La comunicación entre nosotros y estos sistemas es vía lenguaje natural y el lenguaje natural es ambiguo”, añadía Javier Recuenco. Además, se ha comprobado que, cuando se le aplica algún tipo de connotación emocional a la pregunta o demanda, la herramienta devuelve resultados más elaborados. “Por ejemplo, si en nuestra instrucción incluimos algún mensaje en el que indicamos que lo necesitamos para obtener un buen resultado en el trabajo, la herramienta lo va a tener en cuenta y se ‘esforzará’ más”.
Por este motivo, IMMUNE Technology Institute ha establecido una serie de pautas clave para hablar con herramientas de IA como ChatGPT o Bard, y sacarle el máximo partido posible:
- Preguntar de manera clara y específica: cuanto más clara y específica sea la pregunta, más fácil será para el sistema proporcionar una respuesta útil y precisa. Como bien explicaba Recuenco, hay que evitar preguntas ambiguas y tratar de ser lo más detallado
- Proporcionar contexto: si la pregunta o solicitud depende del contexto, es clave proporcionar información relevante sobre este. Esto ayuda a las herramientas a entender mejor la situación y a ofrecer una respuesta más
- Dividir preguntas complejas: si se trata de una pregunta compleja, se recomienda dividirla en partes más pequeñas. Esto facilita el procesamiento y la respuesta a cada componente de la pregunta, evitando
- Especificar el formato de respuesta que se desea: cuando existen preferencias sobre el formato de la respuesta (por ejemplo, un resumen, una lista de consejos o una explicación en modo coloquial), se le debe indicar para que pueda adaptarse a las necesidades de quien solicita la información.
- Revisar y ajustar: después de recibir una respuesta, es necesario tomarse un tiempo para revisarla y, si es necesario, proporcionar aclaraciones adicionales o ajustar la pregunta para obtener una respuesta más Eso ayudará a aprender al sistema y le permitirá ser más preciso las próximas veces.
Aun así, existen todavía varios retos que los prompt engineers tienen por delante para mejorar el funcionamiento de los sistemas de IA como ChatGPT. “Una de las grandes demandas que actualmente se les hace a estos sistemas de inteligencia artificial es que permitan prompts más grandes, que aporten una mayor precisión al lenguaje. También una mayor automatización, un aumento de la calidad de los datos y, sobre todo, un aumento de la confianza. Reducir al mínimo los riesgos de que estos programas se puedan inventar la información es esencial para avanzar y que el usuario pueda fiarse”, concluye Javier Recuenco.