La combinación de la inteligencia artificial (AI) y el internet de las cosas (IoT por sus siglas en inglés) forman una fuerza impulsora del progreso en la sociedad. El resultado de esta combinación en una variedad de áreas (incluyendo la automatización industrial, la movilidad, la tecnología de construcción y los electrodomésticos) es un creciente aumento de la eficiencia energética.
Bosch se está convirtiendo en una empresa puntera en la aplicación del AIoT, basándose para ello en la ciencia de datos, conectando productos y creando sinergias en todos los campos. Es decir, la compañía hace que sus productos y servicios sean cada vez más inteligentes. Así, antes de finales de este año, todos los productos y soluciones de Bosch contendrán AI o se habrán desarrollado o fabricado con su ayuda. Inicialmente, la compañía había fijado este objetivo para 2025, pero ahora va camino de lograrlo dos años antes.
Esto se debe también a las más de 300 personas que trabajan en la investigación y el desarrollo de nuevos métodos de AI. Según el código de ética que expone Bosch: “La inteligencia artificial debe de ser segura, robusta y explicable, y las personas deben mantener el control sobre ella, puesto que las personas deben confiar en nuestros productos basados en AI. La confianza es tan importante en el negocio digital, como lo es la calidad del producto en el negocio tradicional”.
El AIoT debe beneficiar a todas las personas, facilitando de esta manera la vida diaria y el trabajo mediante una movilidad, un hogar y una industria conectada. A su vez, Bosch propone cinco formas de entender este impacto en la industria 4.0: La IA como aliada de la vida diaria. Especialmente en la producción, la inteligencia artificial puede complementar la creatividad humana y, todavía más importante, aliviar a los trabajadores de las tareas rutinarias. Con la AI se quiere conseguir mejoras concretas en la vida real y diaria de las personas, como poder disponer de más tiempo, más seguridad, más eficiencia y más comodidad. Revolución tecnológica en la industria Bosch está combinando software inteligente para el control de la producción, la monitorización y la planificación logística en una plataforma de fabricación propia. Esto se conecta a una base de datos más grande que simplifica y mejora tareas tales como el análisis mediante inteligencia artificial para la detección de fallas.
La compañía cree que esto permitirá ahorrar cerca de 1.000 millones de euros en los próximos cinco años, tras una inversión de unos 400 millones de euros. Impulsando productividad y eficiencia Los proyectos de Bosch ofrecen un beneficio medible: las soluciones conectadas aumentan la productividad hasta en un 25 por ciento, incrementan la disponibilidad de las máquinas hasta en un 15 por ciento y reducen los costes de mantenimiento hasta en un 25 por ciento. Innovación en fabricación y seguridad Una de las áreas clave para la compañía tiene que ver con la AI industrial, es decir, los algoritmos inteligentes combinados con conocimientos especializados en transporte, fabricación y edificios. La empresa aplica su talento en la fabricación de objetos físicos complejos combinándolos con su amplia experiencia en el campo de la inteligencia artificial. Las aplicaciones potenciales de las soluciones basadas en IA son múltiples. En la fabricación de chips, por ejemplo, la AI ayuda a detectar anomalías. El procesamiento de imágenes basado en inteligencia artificial permite la inspección óptica automatizada de las obleas. Al mismo tiempo, la AI gestiona los flujos de material para lograr una utilización óptima de la maquinaria de producción de las obleas.
Las tecnologías AI son clave para hacer de la nueva fábrica de obleas de Bosch en Dresde, la planta de semiconductores más eficiente del mundo. Por otro lado, las cámaras y sensores inteligentes ayudan a detectar incendios en una fase temprana, mientras que, en los coches, los sistemas inteligentes de asistencia ayudan a prevenir accidentes. Transformando la fabricación Conectar la maquinaria y los procesos de forma inteligente y encajarlos con la tecnología de la información y las comunicaciones crea la base para una producción energéticamente eficiente. Esto implica, cada vez más, la reubicación de funciones desde el hardware hacia el software, reforzándolo, además, con los gemelos digitales.
Bosch adopta un enfoque modular, en el que los únicos elementos estáticos de la fábrica serán el suelo, el techo y las paredes. Todo lo demás será dinámico y variable, con máquinas reorganizando constantemente sus constelaciones y cambiando su configuración, según el trabajo en cuestión. Como resultado, la planta y el equipo durarán más y la cantidad de materia prima utilizada en la producción de hardware nuevo disminuirá. Adicionalmente, los gemelos digitales proporcionan formas de diseñar, desarrollar y probar sistemas de producción para hacerlos más eficientes en el uso de recursos