La Inteligencia Artificial (IA) ya es capaz de analizar el clima laboral de una empresa y generar información que impacte directamente en la construcción de un buen entorno laboral creando grupos y entornos de trabajo cada vez más sanos y productivos.
Hoy en día, los trabajadores tienen en cuenta más indicadores más allá del salario para tomar decisiones sobre su vida laboral y la permanencia en una empresa. Según apuntan desde Forbes, algunos de ellos son el reconocimiento, la conciliación, el trabajo en equipo, el respeto por los horarios laborales, la existencia de un plan de carrera, retos y un equipo directivo referente.
En este sentido, para Felipe Maggi, Chief Data Officer de Datarmony, “la gestión de los recursos humanos ha evolucionado enormemente en los últimos años, poniendo en valor aspectos como la fidelización del talento, uno de los principales dolores de cabeza para las empresas modernas”.
Trabajo en equipo y análisis de interacciones entre trabajadores
La actividad laboral genera grupos que comparten ciertas características. Definir qué es lo que une a estos grupos ayudará a una empresa a tomar decisiones más adecuadas respecto a ellos.
Según Maggi, “mediante el análisis de redes y de clusters, encontramos grupo de empleados que se comportan de forma similar a la hora de comunicarse con los demás. En Datarmony generamos clusters con los datos de interacción disponibles en los registros de uso de las cuentas corporativas de correo, Meet y Calendar”.
Así, con el análisis de clusters es posible determinar quiénes conforman los grupos y quiénes se quedan fuera.
Por su parte, el análisis de redes permite ver si la empresa tiene una comunicación fluida y compacta, y es capaz de detectar si una persona dentro de la red necesita atención o se ubica fuera de los grupos de comportamiento. Esto se hace mediante Machine Learning, que permite graficar las relaciones entre personas.
“Los datos están anonimizados por razones de privacidad, pero esta información es útil para los managers y RRHH para detectar situaciones anómalas e investigar por qué los patrones de comunicación son distintos en cada individuo. Esto permitiría intervenir para resolver el problema y trabajar en un equipo más consolidado, con una comunicación fluida, lo que mejoraría considerablemente el entorno de trabajo”, apunta Maggi.
Es importante destacar que estos registros no obtienen información sobre el contenido de las comunicaciones, sino que ofrecen datos sobre los emisores y receptores.
Más allá de la conexión del empleado con el resto del equipo, la Inteligencia Artificial también es capaz de mejorar la seguridad y salud de los trabajadores. Por ejemplo, puede desquitar una gran presión por procesos y tareas rutinarias y permite a los trabajadores disponer de más tiempo para centrarse en trabajos más complejos o creativos.
Asimismo, también es capaz de dar respuesta a sus preferencias en temas de iluminación o temperatura ambiente, entre otros. Estas necesidades, que varían en función del estado de cada empleado, tienen un impacto directo en su energía y el esfuerzo físico u óptico que dedican a su labor.
“La automatización y la IA nos ayudan a mejorar la vida profesional, liberar tiempo y crear espacios más saludables. Sin embargo, el factor humano es vital para lograr la felicidad de los trabajadores. Es aquí cuando debemos intervenir con algo tan sencillo como la empatía emocional y la interacción humana”, concluye Maggi.