Muchos inventores han tenido la fortuna de ser recordados a lo largo de la historia… Un ejemplo de ello ha sido el alemán Gutenberg que, por allá en 1440, ganó una disputa demostrando que había sido el creador de la imprenta. Este hecho permitió la transformación del mundo y, hoy en día, sigue siendo parte de una evolución constante. Antes era difícil que las mujeres fuésemos parte de cambios como este, sin embargo hoy en día es más sencillo que alguna de nosotras pueda escribir y, a través de lo que escribe, llegar a muchas personas.
Como yo lo veo, esta dinámica de transformación ya no tiene tiempo que perder. Es por eso que la digitalización ya hace parte de casi todas las organizaciones y mucho de ella está en manos de mujeres, que no solo forman parte activa de la evolución del mundo, sino que entienden también que sería un error histórico no ser parte de las problemáticas que vivimos como sociedad y de las necesidades que existen.
Las transformaciones de todo tipo: digitales, culturales, organizacionales, sociales… son nuestro presente y futuro. Y es que hablamos, no solo de nuevas herramientas y nuevas formas de trabajar, y a la vez de una transformación 360° que está cambiando la forma en la que pensamos, decidimos, operamos, en la que conectamos y entendemos a nuestros contextos, la forma en que desarrollamos iniciativas y lanzamos nuevos productos y servicios, y también el impacto que generamos a raíz de ello.
El Banco Mundial en 2021 arrojó una cifra alarmante. Pues a pesar de haber vivido una pandemia que aceleró muchos procesos de digitalización y permitió el aumento de la inclusión organizacional… Dijo que desafortunadamente en “Latinoamérica, cerca de 200 millones de personas carecen de acceso a infraestructura digital básica y más de un tercio de los hogares no cuenta con conexión a internet”.
Hace un poco más de un año, se me ocurrió lanzar un reto llamado Greta, que incluía muchas de las anteriores reflexiones, también arraigadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con los que un grupo de personas podía reflexionar y construir soluciones tempranas con la aplicación de Design Thinking u otras herramientas de diseño y Conscious Business.
¿Qué había detrás de esta agenda? Thinking With You como parte activa dentro de la responsabilidad de una empresa, buscó acercarse de alguna forma a Latinoamérica y coincidimos de la manera más desafiante y próspera. No buscaban a nadie en específico; sin embargo, llegué yo a retar con ese experimento que entre otras cosas me abrió las puertas de TWY y, a la par, le abrió a TWY las puertas de Latinoamérica.
Hoy hago retrospectiva de lo vivido y ha sido cerca de un año en donde todos esos retos del mundo concluyen que se necesitan transformaciones con más inclusión, más empatía, más liderazgo, más digitalización y a la vez más humanización. Noto que, de todos esos objetivos que perseguimos, lo más resaltante que he vivenciado con TWY ha sido el trabajo en equipo. Aquí hay algo muy valioso para mí y ha sido el vivir una experiencia con el equipo en una parte física y en otra no física durante el año, esto debido a que gran parte del equipo se ubica en España y yo en Colombia por ejemplo. Y es que cada uno de nosotros ya llevamos muchos años transmitiendo acerca de lo no funcionales que son las técnicas jerárquicas reduccionistas del management, explicando porque no funcionan e impulsando lo que hoy en día aporta valor. Desde mi mirada comprendo este trabajo en equipo para el aporte de valor, tal y como lo explicó Beau Gordon quien es el Asistente Ejecutivo del Vicepresidente de Productos y Experiencias de Airbnb. Él dijo que para activar un verdadero trabajo en equipo, era valioso considerar lo siguiente:
- El crear conciencia compartida.
- El entender bien el problema.
- La comprensión del todo – Pensamiento Sistémico.
- El equipo de equipos como una red de redes.
- El Flujo de ideas.
- La ejecución empoderada.
- Los líderes podrían ser jardineros.
Lo comprendo en especial desde mi mirada adaptativa, en donde quizá el trabajo en equipo no ha sido perfecto, sin embargo ha sido responsable, progresivo y coherente… tres de mis palabras favoritas. Aunque de los 7 puntos anteriores descritos por Gordon he aprendido centenares estando en otro huso horario, en medio de otra cultura, con otras costumbres con otras formas de hacer… quiero resaltar 3 de ellos que he vivido a niveles máximos.
Creando conciencia compartida
Para mí la efectividad nunca ha sido más importante que la generación de valor, sin embargo siendo parte de TWY muchas veces comprendí que los equipos son efectivos porque crean y entregan valor a todos los niveles y porque sus miembros confían los unos en los otros y tienen un propósito compartido. Muchas veces en este año minutos antes de hacer algo recibí de todo el equipo un: “confianza total con lo que hagas Jessie”.
El equipo de equipos como una red de redes
A esto le atribuyo las no estructuras que tenemos en TWY y el considerar valioso crear EDIs (Equipos de iniciativa) pues de esta forma la sinergia en cada paso al logro de impacto era más llevadero creando una red de equipo, más fácil la comunicación y también el contacto con el ecosistema, llámese Clientes, Colaboradores, Partners, Amigos o simplemente personas cercanas.
La comprensión del todo
La comprensión holística que aplicamos en TWY acerca de cómo hacer cada cosa, como comunicarla, crearla y darle la vuelta. Así mismo, la empatía y colaboración que se activa cada vez que se comprende el estado o vulnerabilidad del otro. Y no sólo aplica a miembros del equipo, esta comprensión del todo la llevamos a los clientes, saber por lo que pasan y buscar aportar desde ahí.
La consciencia, el autoconocimiento y autocuidado también han sido parte importante de toda esta vivencia. Como mujer, como Colombiana trabajando en tierras Latinoamericanas para una empresa Española que va por todos lados buscando humanizar desde lo que somos y hacemos, es un total orgullo ser parte de este equipo que me ha enseñado tanto, que me ha permitido interactuar con varias firmas de Colombia, Perú, Ecuador, Argentina, República Dominicana, y los países que faltan. Siento una invitación a generar más aporte, a seguir buscando retar todos los sistemas, a promover más esa digitalización sin dejar de lado que somos humanos, a incluir a más mujeres, a ayudar buscar encontrarle sentido y propósito a todas las transformaciones por muy personal u organizacional que sean.
Y ahora, cuéntame… en tu entorno de trabajo y pensando en Latinoamérica ¿a qué te sientes invitado tú?