La comunicación digital está presente en toda nuestra vida cotidiana y por tanto, su repercusión es total a nivel personal y social, pero también empresarial.
Lorena García, CEO de Comunicazen y experta en redes sociales y marketing digital nos cuenta que «el desarrollo digital de las empresas implica, todavía a día de hoy, una gran ventaja competitiva, ya que implica que las compañías utilicen herramientas digitales para favorecer la visibilidad de su negocio y un mayor acercamiento a su público».
Es por eso que las herramientas digitales hoy en día pueden suponer un gran reto para las empresas, que no solo deben prestar atención al qué (comunican), sino también al cómo (lo comunican) y cuál es su repercusión tanto a nivel social como a nivel corporativo.
Una manera de implementar y gestionar adecuadamente las distintas plataformas digitales, en favor de la empresa y la sociedad, es aplicando una estrategia de responsabilidad digital corporativa
¿Qué es la responsabilidad digital corporativa?
Se trata de una herramienta que permite a los negocios actuar sin que sean únicamente percibidos por sus clientes como un potenciador económico, sino como una marca con valores e implicada en lo que está sucediendo a su alrededor y dentro del ecosistema que opera.
Desde Comunicazen nos dan un ejemplo: «Si una empresa, por ejemplo, comunica que su compañía está comprometida con el planeta, no solamente tiene que comunicarlo y ponerlo en su eslogan o su web, sino que ha de gestionar los canales digitales en coherencia con estos valores, demostrando que se tienen en cuenta a lo largo de todos los procesos: desde el tipo de productos que ofrecen, hasta la gestión de sus equipos, los materiales que se utilizan en la producción o cómo se distribuyen».
Los valores, por tanto, no son solo lo que se comunica al exterior sino lo que se hace dentro de un negocio. Algo que, sin duda, se debe cuidar porque en función de eso es como construimos la reputación de una empresa.
Cuando preguntamos a Lorena García si la responsabilidad digital y la manera de abordarla por parte de las empresas ha cambiado en los últimos años, ella nos responde que: «Actualmente, las empresas están más humanizadas y concienciadas. Las marcas que se muestran más cercanas e implicadas con lo que pasa a su alrededor, lo cual resulta muy atractivo para los clientes, que cada vez más, buscan comprar productos y adquirir servicios de marcas y empresas con los que tienen cosas en común, con los que sienten un vínculo emocional y de valores».
La digitalización verde
Muy ligado a la responsabilidad social corporativa, la digitalización verde supone un conjunto de comportamientos y prácticas que tengan como prioridad el emprendimiento empresarial desde una perspectiva ambiental, tecnológica y socialmente responsable. Creando así unas estrategias más humanas.
Desde Comunicazen nos cuentan que «todavía son muchos los ejemplos de grandes multinacionales que llevan a cabo conductas irresponsables con el único fin de incrementar su beneficio económico. Pero a la vez, los consumidores se están volviendo más exigentes con el tipo de productos y servicios que consumen. Por todo esto, empezar a trabajar de acuerdo a unos valores y a comunicarlos con coherencia, puede marcar cada vez más la diferencia».
Aprovechando los continuos avances tecnológicos, las empresas dedicadas a este sector son las más abusivas en cuanto a su producción, lo cual se refleja con el tiempo de vida de sus productos. Con el fin de estimular la venta, las empresas consideran necesario el lanzamiento constante de nuevos productos prácticamente idénticos. Sin embargo, merece la pena recordar que esta misma tecnología puede ayudar a que cada vez más las empresas sean más conscientes, responsables y sostenibles.
En conclusión, implementar la responsabilidad digital corporativa supone un esfuerzo, es cierto, pero hay que tener en cuenta que la inversión en este sentido puede suponer un retorno beneficioso en el futuro, no solo a nivel corporativo sino a nivel social.
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