El concepto “Transformación digital” se ha vuelto una obsesión de muchas compañías. La inteligencia artificial, blockchain y big data son protagonistas infaltables de las reuniones de planificación en el cierre y en el inicio del año. ¿Los motivos? Muy diversos. Porque lo hace la competencia, o porque algún directivo lo vio en algún otro lado, o sencillamente porque son conceptos trendy que están demoda y tendríamos que incorporar.
Sin embargo, muchas veces, terminamos poniendo más el foco en la tecnología que queremos incorporar que en las necesidades de nuestra compañía, en el talento de nuestros equipos y la cultura de la organización.
¿Cómo incorporamos tecnología de vanguardia a nuestras organizaciones sin descuidar a nuestros equipos? Esa es quizás una de las grandes preguntas que tienen que hacerse las organizaciones en estos años. Podemos plantear tres ideas para hacerlo:
- Entender la tecnología como una herramienta
- Poner a las personas en el centro
- Conocer a nuestros equipos
Tecnología como una herramienta
Para poder desarrollar o incorporar tecnología centrada en personas, primero tenemos que poner a la tecnología en su contexto. Cuando desde las organizaciones entendemos a la tecnología como un fin en sí mismo, usualmente terminamos trabajando nosotros para la tecnología y no haciendo que ella trabaje para nosotros.
Si entendemos a la tecnología como una herramienta que permite amplificar el conocimiento y la capacidad de acción de los humanos pero nunca reemplazarlos, probablemente podamos sacarle mucho más jugo.
Las revoluciones tecnológicas siempre tuvieron grandes impactos en la forma en que vivimos y trabajamos los seres humanos. De la rueda a la imprenta, y del automóvil a la PC. Pero ni la rueda, ni el automóvil, ni la imprenta, ni la PC, y mucho menos la inteligencia artificial pueden hacernos perder el foco de aquello para lo que verdaderamente fueron creados: maximizar el bienestar de los humanos.
Poner a las personas en el centro
Si queremos usar la tecnología para maximizar el bienestar de los humanos, necesitamos poner a las personas en el centro de esta revolución tecnológica. En Nawaiam, preferimos utilizar el término “Revolución tecno-humana”.
Según Klaus Schwab, el primero en hablar de Cuarta Revolución Industrial, está transformación que estamos viviendo se caracteriza por la interacción de los sistemas físicos, tecnológicos y biológicos, que permiten amplificar la inteligencia humana y llevarla a puntos nunca antes vistos. Por su parte, Yuval Noah Harari publicó en 2016 su libro Homo Deus donde describe la fusión que se está produciendo entre humanos y tecnología.
Un estudio realizado por la Universidad de Oxford en 2016 establece que el 47% de los empleos en el mundo corren riesgo de ser reemplazados por la tecnología en los próximos 25 años. Según el Foro Económico Mundial, estos empleos, mecánicos, rutinarios y automatizables darán paso a nuevos empleos donde se destaquen las habilidades más humanas, como la creatividad, el pensamiento crítico, la capacidad de innovación, la capacidad de liderazgo y las relaciones interpersonales.
De hecho, Loup Venture pronostica que para el año 2025 el 34% de todos los robots industriales serán en realidad “cobots”. Es decir, máquinas que complementan y requieren del trabajo humano, y no que los reemplazan. Y acá está la clave.
En el mundo laboral del siglo XXI, los humanos seremos más valiosos por aquellas cosas que nos hacen más humanos y nos diferencian de las máquinas.
Conocer a nuestros equipos
Por último, y para lograr poner a las personas en el centro, es fundamental que las organizaciones conozcan cada vez más a sus equipos. El autoconocimiento, a nivel personal, y a nivel organizacional, es lo que nos permite poner el foco en aquellas cosas que realmente necesitamos y en la forma de implementarlas.
Poner la tecnología por delante de las personas es un error común. Pero para evitarlo, y usarla verdaderamente al servicio de los seres humanos, primero tenemos que auto conocernos.
Nawaiam usa tecnología para ayudar a personas y organizaciones a conocerse de una forma eficaz y rápida. Pero nuestra tecnología y nuestro producto no serían nada sin una visión orientada a las personas que están del otro lado.
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