El tsunami de la pandemia ha golpeado duramente a la sanidad, pero también a la economía y a las personas. El año 2020 ha sido un año duro para la mayoría de las empresas al tener que hacer frente a numerosas y fortuitas adversidades. Una incertidumbre y un miedo que continúan en plena tercera ola. El impacto ha sido heterogéneo, no todos los sectores han sido igualmente sacudidos, mientras que unos se han visto reforzados, otros han sido esquilmados. La crisis ha destruido miles de empresas, según datos de Seguridad Social, a finales de año, casi 68.000 empresas se han destruido. y, ahora. Reveses que han hecho tambalear los cimientos estructurales y que han provocado notables cambios en los procesos operativos empresariales para hacer frente a las nuevas necesidades, poniendo a prueba su capacidad de resiliencia.
El coronavirus ha impulsado el proceso de transformación digital de las empresas. Durante la pandemia, pero sobre todo durante el confinamiento, se ha evidenciado la relevancia de los activos digitales en esta nueva era económica, dominada por las redes, la conectividad, los datos o la supercomputación. Unas capacidades y herramientas, capaces de sostener los sectores productivos al permitir la continuación de los trabajos a la par que hacer frente al virus. La digitalización es una necesidad. Es una herramienta resiliente para estar mejor preparada, hacer frente y descubrir en adversidades nuevas oportunidades de éxito.
Desde Hasten Group nos señalan que cada sector orientará sus gastos en la integración de la tecnología y de los ecosistemas digitales en sus modelos de producción, entre las prioridades de las empresas en materia de inversión en tecnología sobresale su interés por consolidar un modelo más digital con decisiones encaminadas a dar continuidad a sus operaciones de negocio, hacer más eficientes los procesos, garantizar la seguridad de los trabajadores y clientes. Según IDC, el gasto tecnológico de las empresas españolas ha sufrido el embate de la pandemia, pasando así de una previsión de gasto para 2020 de 49.300 M€ (un 1,01% más que en 2019 antes del horizonte COVID) a una caída real del 4,1% (45.300M€). Este año, está previsto se alcancen unos gastos de 44.900 M€, una cifra aún inferior en un 0,8 inferior a la previsión realizada para 2020.
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