Cuatro millones de trabajadores afectados por más de cuatrocientos cincuenta mil ERTE. Son las otras víctimas laborales del Covid-19. Víctimas que se enfrentan ahora a un presente lleno de incertidumbre. Con bares, restaurantes, hoteles y otros establecimientos cerrados o a medio abrir, hay una pregunta en el aire: ¿hay algún sector, además del sanitario, que haya sido inmune a la crisis del coronavirus? La respuesta es sí, el tecnológico.
El comercio electrónico, por ejemplo, ha llegado en Estados Unidos a suponer el 27% del total de las transacciones entre personas y tiendas durante el período de confinamiento. Para entender estas cifras, desde 2009 a 2019 el récord estaba en un 16%. En España también ha supuesto la vía preferida para mantener abiertos, con envío a domicilio, algunos establecimientos. Sin embargo, los servicios electrónicos en la nube, las redes sociales, los pagos digitales, el e-learning, las plataformas de teleconferencia y otras aplicaciones que proveen a los usuarios con entretenimiento online han batido récords de uso en estos días.
Y es que esta epidemia global ha acelerado la transformación digital y esto provoca que se agraven los problemas que ya tenían las compañías tecnológicas antes del Covid-19: la demanda de profesionales IT se ha duplicado en España en menos de seis años y el 70% de las empresas aseguran que les cuesta demasiado encontrar el talento que necesitan, según datos ofrecidos por Randstad.
“Durante estos meses y los próximos, muchas empresas están necesitando incorporar perfiles relacionados con la transformación digital, puesto que, con la situación de emergencia, muchas compañías han tenido que acelerar su adaptación al nuevo escenario -muchas no habían completado su transformación digital- por lo que necesitan desde desarrolladores y programadores a expertos en ciberseguridad”, destaca Juan Francisco Rodríguez, director comercial de Spring Professional. De hecho, un informe de Adecco recoge que el 19% e todas las ofertas de empleo de España en las primeras semanas de la pandemia estaban vinculados al sector tecnológico.
Las empresas que se dedican a la formación de profesionales IT a través de Internet también se han visto sorprendidas por esta situación, aunque su forma de adaptarse no ha sido tan traumática. Manuel Agudo, CEO de OpenWebinars, reconoce que su clientela ha aumentado debido a la coyuntura. “Cuando vimos que arrancaba esta crisis comenzamos a ofrecer licencias de formación adicionales a nuestros clientes y también a aquellas compañías con un alto número de empleados tecnológicos”, afirma Agudo. Este cambio de estrategia dio frutos casi de inmediato: más de 3.000 profesionales se adhirieron a alguno de los cursos.
Más de 130.000 usuarios han pasado ya por estas aulas digitales en los últimos 4 años, solo en el caso de OpenWebinars. Manuel Agudo recuerda que los cursos “se seleccionan muy cuidadosamente” con el objetivo de “ofrecer siempre aquellas materias que despiertan mayor interés en los profesionales tecnológicos”. Desarrollo de aplicaciones móviles, robótica, metodologías y herramientas de trabajo, Big Data… El número de áreas que abarcan los cursos es muy alto y “crece continuamente”, admite Agudo, “por la sintonía que mantenemos con empresas referentes en el sector con las que colaboramos: Telefónica, Randstad, Mapfre o Accenture, entre otras”.
No sólo las empresas —que disponen de licencias especiales— pueden disfrutar de estos cursos, sino también los profesionales que, de forma individual, se preocupan por su formación y quieren tener acceso a programas de este tipo. De hecho, hay planes para acceder a más de 200 cursos por menos de treinta euros.
Otras áreas como el Desarrollo Web o la Ciberseguridad están en pleno auge. Más personas quieren estar en internet y, en consecuencia, más atacantes quieren poder acechar a esos potenciales compradores y empresas para robarles sus datos personales y, en última instancia, su dinero.
Las carencias de la “formación reglada”
Las carreras universitarias y los ciclos de formación profesional no siempre completan la formación necesaria a los futuros profesionales. Las dificultades para modificar los temarios —que tardan años en ser aprobados por el Ministerio de Educación— sumadas a la velocidad con la que evolucionan las tecnologías son el principal motivo que provoca esa falta de compás entre la demanda de la empresa y la oferta de la formación reglada.
En este sentido, la plataforma también ofrece las denominadas BecasOW, una acción de Responsabilidad Social Corporativa que nació en 2018 y que tiene como objeto que tanto alumnos como profesores de ciclos formativos tecnológicos puedan acceder durante 10 meses a estos cursos de manera gratuita. De hecho, se han entregado hasta la fecha 39.936 diplomas por esta vía.
“Las empresas nos trasladaron que el talento junior que salía de la formación reglada, en la mayoría de los casos, no conocía las tecnologías con las que se trabaja ahora en los entornos profesionales”, admite Manuel Agudo.
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