El debate sobre los impactos del coronavirus en la economía está servido. Se habla mucho, también, no sólo de la próxima crisis económica sino también de cómo van a cambiar las formas en las que nos basábamos para llevar a cabo algo tan básico como trabajar.
Ante la incertidumbre, impera la necesidad de seguridad. Seguridad en los ahorros, en una base sólida para un negocio, y cómo no podía ser de otro modo, seguridad en el teletrabajo.
Invertir en sistemas de protección y salvaguarda nunca está de más
Uno de los aspectos clave de la seguridad digital es que permite maximizar la movilidad en el teletrabajo, cumpliendo la misión de trasladar un entorno seguro corporativo a cualquier lugar mediante una experiencia sin obstáculos y con la máxima protección.
Transformar un puesto de trabajo que antes ocupaba un espacio físico y un escritorio y ahora debe operarse mediante un portátil fuera de la oficina, desde un domicilio, se deben tener en cuenta varios factores, algunos de ellos relacionados con la infraestructura propiamente para facilitar el trabajo, y otros relativos a la necesidad de poder financiar dicho sistema en caso de no disponer de él con anterioridad, situación en la que se han visto muchas empresas poco preparadas para operar de forma remota o asíncrona.
El gobierno tiene sobre la mesa pronunciarse sobre el tratamiento de este tipo de gastos en futuros periodos impositivos durante esta crisis, aunque otras empresas han optado a financiarlos con la ayuda de un préstamo o un crédito de los que se están ofertando para paliar los efectos del parón económico y la falta de liquidez.
Recomendaciones de ciberseguridad
La implementación del teletrabajo es sólo el primer paso de una aventura para muchas empresas, en especial a la hora de gestionar ficheros confidenciales, accesos de contraseñas y credenciales, servidores corporativos, compatibilidad de software y de equipos informáticos.
Los medios de comunicación hablan mucho del teletrabajo estos días. Sin embargo, el 40% de las pymes españolas no pueden teletrabajar por cualquier razón. El resto intentan convivir con este nuevo paradigma, adaptándose lo antes posible y paliando la falta de recursos que la mayoría de ellas acusa a la hora de afrontar esta transformación.
La conclusión es que, de un modo u otro, la forma de trabajar no volverá a ser la misma y un gran número de empresas tal vez opten a mantener la parte positiva de esta revolución digital, abrazando los múltiples beneficios del teletrabajo, aunque sea de forma parcial, pues implica también un buen número de beneficios personales y económicos para la empresa y para sus trabajadores.
Los comentarios están cerrados.