La Comisión Europea ha dado a conocer su planteamento para una transformación digital que redunde en beneficio de todos, y reflejo lo mejor de Europa: abierta, justa, diversa, democrática y con confianza en sí misma. La estrategia recogida en el Libro Blanco, que se encuentra en periodo de consulta, presenta una sociedad europea impulsada por soluciones digitales que sitúan en el lugar preferente a las personas, abre nuevas oportunidades para las empresas y da impulso al desarrollo de una tecnología fiable que fomente una sociedad abierta y democrática y una economía dinámica y sostenible. La digitalización es un factor clave en la lucha contra el cambio climático y en la consecución de la transición ecológica. La estrategia europea de datos y las opciones estratégicas destinadas a garantizar un desarrollo de la inteligencia artificial centrado en el ser humano, que se han presentado hoy, constituyen los primeros pasos en pos de esos objetivos.
Durante los cinco próximos años, la Comisión se centrará en tres objetivos fundamentales en el ámbito digital:
- una tecnología que redunde en beneficio de las personas;
- una economía justa y competitiva; y
- una sociedad abierta, democrática y sostenible.
Europa se apoyará en su larga historia de tecnología, investigación, innovación e ingenio, y en la solidez de su protección de los derechos y los valores fundamentales. Unas nuevas políticas y marcos permitirán que Europa implante tecnologías digitales punteras y refuerce sus capacidades de ciberseguridad. Europa continuará preservando su sociedad abierta, democrática y sostenible, y las herramientas digitales pueden sustentar esos principios. Desarrollará y proseguirá su propio camino para convertirse en una economía y una sociedad digitales competitivas a escala mundial, basadas en valores e inclusivas, al tiempo que continúa constituyendo un mercado abierto, pero basado en normas, y colaborando estrechamente con sus socios internacionales.
En su Libro Blanco presentado, la Comisión propone un marco para una inteligencia artificial fiable, basado en la excelencia y la confianza. En asociación con los sectores público y privado, el objetivo es movilizar recursos a lo largo de toda la cadena de valor y crear los incentivos apropiados para acelerar la implantación de la IA, también entre las pequeñas y medianas empresas. Para ello será también necesario colaborar con los Estados miembros y la comunidad investigadora, con el fin de atraer y retener el talento. En vista de que los sistemas de IA pueden ser complejos y conllevar unos riesgos importantes en determinados contextos, es esencial crear confianza. Son necesarias normas claras, que aborden los sistemas de IA con un elevado nivel de riesgo sin suponer una excesiva carga para los que entrañan unos riesgos menores. Las estrictas normas de la UE en materia de protección de los consumidores, que abordan las prácticas comerciales desleales y protegen los datos personales y la privacidad, siguen siendo aplicables.
Para los casos de riesgo elevado, como los que afectan a los ámbitos de la salud, las actividades policiales o el transporte, los sistemas de IA deben ser transparentes y trazables y garantizar una verificación humana. Las autoridades deben poder probar y certificar los datos utilizados por los algoritmos, como actualmente hacen con los cosméticos, los turismos o los juguetes. Es necesario contar con datos no sesgados para que los sistemas con un elevado nivel de riesgo se desarrollen de forma que su funcionamiento sea el adecuado y se garantice el respeto de los derechos fundamentales, en particular la no discriminación. Aunque, actualmente, el uso del reconocimiento facial para la identificación biométrica remota está sujeto a una prohibición general y solamente es posible en casos excepcionales, debidamente justificados y proporcionados, supeditándolo a salvaguardias y al cumplimiento de la legislación de la UE o nacional, la Comisión pretende iniciar un amplio debate sobre las circunstancias que, en su caso, podrían justificar esas excepciones.
Para las aplicaciones de IA de menor riesgo, la Comisión prevé un sistema de etiquetado voluntario en caso de que apliquen normas más estrictas.
Todas las aplicaciones de IA son bienvenidas en el mercado europeo siempre que cumplan con las normas de la UE.
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