El contexto empresarial evoluciona a un ritmo vertiginoso que exige a las compañías apostar por una constante innovación como garantía de supervivencia del negocio. Sin embargo, la transformación de la cultura empresarial, la definición de una visión y misión sostenibles y un liderazgo eficiente capaz de gestionar las diferencias generacionales son los desafíos a los que se enfrentan las organizaciones a la hora de integrar la innovación como palanca de crecimiento.
La incorporación de la innovación al ADN de las empresas, la definición de las funciones de los líderes en el nuevo paradigma o cómo transmitir la visión innovadora a los que equipos han sido algunas de las cuestiones debatidas en el desayuno de trabajo “Innovación y tecnología: factores de rentabilidad empresarial”, impulsado por Citrix e ICEMD y organizado por DIR&GE.
¿ESTÁ LA INNOVACIÓN EN EL ADN DE LAS COMPAÑÍAS ESPAÑOLAS?
Además de ser una clara ventaja competitiva, la innovación es una estrategia indispensable para asegurar el crecimiento del negocio en el contexto económico y tecnológico digital actual. Innovar debe ser parte integral de la hoja de ruta del crecimiento empresarial. “Estamos en un momento en el que las organizaciones se enfrentan a la decisión de innovar o desaparecer. Si no innovamos, nos quedaremos fuera del mercado. Pero para incorporar el concepto de la innovación al ADN de la compañía, todavía falta llevar a cabo grandes cambios. El mayor problema es que esta transformación requiere saber hacia dónde ir y contar con un plan que muchas veces no ha analizado en profundidad y establecido como hoja de ruta”, explica Paloma Ladrón de Guevara, Directora de Tecnología de Evo Banco.
Aunque muchas compañías todavía no han incorporado la innovación a su cultura corporativa, sí están preocupadas por innovar. Carlos Alves, Head of IT Services Europe de Daimler, asegura que “lo que sin duda forma parte del ADN de las empresas españolas es la preocupación por la innovación. La transformación y el proceso de cambio siempre han estado presentes en el entorno empresarial, pero, ahora además hay que integrar otras variables como la velocidad, la tecnología, el consumidor o el relevo generacional”.
Por su parte, Alfonso Román, Global Digital & Marketing Manager de Teka Group, pone en valor el enfoque cultural respecto a la innovación. “Es importante distinguir que la transformación digital es una herramienta y que la innovación es cultura corporativa. Por lo tanto, toda transformación digital que no esté integrada en la cultura de la empresa quedará obsoleta al no contar con un marco y un objetivo concreto”.
A pesar de los grandes esfuerzos de las compañías españolas por innovar, los directivos coinciden en que el ecosistema empresarial está en proceso de reacción y adaptación a los cambios que exige el mercado. Enrique Benayas, Director General de ICEMD, sostiene que “la innovación está en el ADN de las empresas nativas digitales, mientras que las compañías más tradicionales están adaptándose y evolucionando, guiadas por otros objetivos, la mayoría de ellos reactivos. El error más común es que seguimos utilizando parámetros tradicionales para medir la innovación, como el corto plazo, las expectativas no razonables o la infravaloración del impacto tecnológico. A fin de cuentas, la transformación la llevan a cabo las personas, no la tecnología y, por lo tanto, la evolución hacia el paradigma digital deberá producirse persona a persona”.
LIDERAZGO Y CULTURA: ELEMENTOS ESENCIALES PARA UNA INNOVACIÓN SOSTENIBLE
Construir culturas empresariales que apuesten por la innovación como estrategia y lograr un liderazgo digital sólido se han convertido en los principales desafíos de los directivos. En este sentido, impulsar y motivar la evolución digital de los equipos es la tarea más relevante de los líderes empresariales para el éxito de la innovación. “La velocidad a la que se están produciendo los cambios no se va a ralentizar. Por eso, la principal ventaja con la que puede contar una organización es conectar la innovación con los procesos de negocio”, sostiene Pablo Gómez, Innovation Observatory Director – Head of Open Innovation de Bankia.
En esta misma línea, Luis Perez del Val, Founder and CEO de Lola Market, señala la importancia de potenciar la innovación desde la alta dirección. “La innovación real tiene que partir de la cúpula de la compañía. Todo el equipo de dirección, empezando por su CEO, debe tener mentalidad innovadora y acompañar a la organización en los procesos de cambio”.
Los conceptos cultura y liderazgo difieren entre las empresas tradicionales y las nativas digitales. Así, Elena Álvarez, Head of Marketing Solutions de Facebook, explica que “en las compañías digitales se habla de cultura de la innovación en todos los niveles de la organización y la elección del talento tecnológico es clave para alcanzar los objetivos. Sin embargo, es esencial tener en cuenta otros factores como el empoderamiento de los equipos o la adecuación de la estructura y organigramas de la compañía para que la mentalidad innovadora sea una realidad. Junto a la cultura, se debe definir una visión y misión claras de compañía y asegurar que todos los procesos y equipos están conectados y alineados con ellas, impulsados por la pasión por la innovación”.
Esa convivencia generacional está marcando el devenir del mercado laboral actual y los líderes deben estar preparados no solo para gestionarlo, sino también para rentabilizarlo. “Actualmente hay un mestizaje en las compañías que es necesario y debe rentabilizarse. La innovación es una actitud y, por tanto, no es exclusiva de las nuevas generaciones. Innovar no siempre es crear cosas nuevas, sino enfocar los problemas de otra manera o adoptar estrategias y prácticas de otros sectores. Aprender a combinar la madurez empresarial con el conocimiento tecnológico del nuevo talento será clave para el desarrollo del negocio”, asegura Mª Paz Puchol, Directora Transformación Digital Operacional de Cetelem.
LA TECNOLOGÍA COMO ALIADA, NO COMO FIN
El tsunami tecnológico obliga a las empresas a adaptarse a las nuevas tendencias y soluciones, pero sin perder de vista la estrategia de negocio o el propósito último de las herramientas. Ricardo Tejero, Efficiency & Change Management Director de Leroy Merlin, considera que “es habitual confundir innovación con tecnología. Innovar es hacer las cosas de una manera diferente y que genere resultados positivos para la compañía. Ante esto, la tecnología es una commodity, pero si no se implementa correctamente la empresa corre el riesgo de quedar fuera del mercado”.
Por su parte, Francisco Castillo, Head of Transformation de DACHSER Spain, señala la importancia de escoger las soluciones adecuadas para el negocio. “Elegir la tecnología correcta es fundamental para el proceso de innovación. Como operador industrial, estamos trabajando permanentemente en adaptarnos al deseo y velocidad de cambio de los nuevos agentes del mercado mediante las herramientas pertinentes”.
La tecnología es la gran aliada de las compañías para continuar creciendo en el mercado y acercarse más a sus clientes. “La tecnología es clave para poner en práctica nuestros objetivos de cambiar los procesos y atender mejor al cliente. Gracias a ella, el sector de la abogacía puede innovar para lograr responder a las necesidades de una forma más eficiente y personalizada o automatizar determinadas tareas para incrementar la rentabilidad y la calidad de servicio”, afirma Juan Pardo, Director General de Legalitas.
La relación de las empresas españolas con la innovación y la tecnología sigue siendo reactiva. Ricardo Carrasco, General Manager de BaByliss Spain & Portugal, explica que “estamos aún muy lejos de que todas las compañías tengan un enfoque tecnológico. Vivimos en una época de adaptación tecnológica motivada por las exigencias del mercado. El problema es que muchas veces las empresas no tienen claro hacia dónde enfocar la innovación, lo que supone grandes riesgos y costes innecesarios”.
Por último, Santiago Campuzano, Iberia Regional Manager de Citrix Iberia, concluye haciendo hincapié en la importancia de transformar la cultura empresarial y poner al cliente en el centro de la estrategia. “Innovar debe partir de la transformación de procesos a los que incorporar soluciones tecnológicas. Muchas estrategias de innovación fracasan porque se implementan atendiendo más a las tendencias del mercado que a las necesidades reales del cliente. La gran barrera de la innovación es el cambio cultural, no el tecnológico. Si somos capaces de transformar la cultura de la compañía, lograremos el éxito en la innovación”.
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