El algoritmo ADNe y la robot Elenius The Recruiter siguen demostrando que los reclutadores humanos son mucho más selectivos, discriminadores y caprichosos que la Inteligencia Artificial, en los procesos de selección.
Recientemente nos comentaba Elías Azulay, fundador de la compañía hispano-israelita Jacobson y creador de este innovador RPAS (Robotic Process Automation Software), que con una muestra de 549 candidatos que habían remitido sus datos para cubrir 32 vacantes cuyas funciones eran las relativas a la “atención al cliente” de una conocida entidad bancaria, la robot Elenius destacó que el 35,15% de los candidatos poseían con diferente intensidad, las características emocionales y funcionales adecuadas para ese puesto en esa empresa.
Elenius seleccionó a 193 personas, considerándolas adecuadas para cubrir los puestos ofertados y además, aportando un ranking preciso (todos eran adecuados). La robot desestimó por incompatibilidad emocional y funcional a 356 candidatos cerrando así el proceso de selección para cubrir dichas 32 vacantes.
Una vez hecha la selección y remitidos los resultados a la entidad bancaria, los reclutadores humanos de dicha organización hicieron una criba de estos 193 candidatos plenamente válidos y seleccionaron a 48 individuos según su criterio “humano”, dejando sin opciones a 145 personas adecuadas, las cuales representaban el 75,13% de los aceptados.
De estos 48 individuos, se localizaron y acordaron una entrevista personal, 24 personas (50,00%). Los motivos alegados fueron muy variados; desde que los candidatos no cogían el teléfono, no habían mostrado un mínimo interés (según la percepción del reclutador en la contestación de dichos candidatos), no respondieron al mail de aviso, estaban en otros procesos de selección, etc…
Finalmente se citaron a 10 candidatos (el 41,67% de los contactados), para ser contratados únicamente 2 individuos, quedándose fuera el 80,00% de los candidatos confirmados por la Inteligencia Artificial de Elenius The Recruiter.
“A día de hoy todavía están haciendo gestiones en Big Data para cubrir las 30 vacantes restantes. El problema es que los profesionales del reclutamiento no quieren colaborar ni compartir los procesos de selección con una máquina. Temen perder su trabajo y mientras aparentan ser innovadores, continúan trabajando como hace siglos. Cuestión de olfato”. Nos dice Elías Azulay, investigador principal y creador de Elenius.
Parece ser que mientras la IA propone un 35,15% de los candidatos, los reclutadores humanos únicamente validan al 0,36% de la muestra. No sería muy aventurado decir que esta diferencia selectiva es provocada por los prejuicios humanos en clave de «filtros», ya de índole subjetiva o por falta de tiempo para realzar su trabajo con todo el rigor que desearían.
Nos dice Azulay que… “Esa supuesta humanidad que destacan los reclutadores humanos en sus actuaciones, está devaluada por sus prejuicios y la falta de tiempo para considerar todos elementos que manifiestan la afinidad entre candidato, funciones a desempeñar y organización donde desempeñarlas. Con la metodología tradicional, se requerirían más de 27 millones de candidatos para cubrir 100.000 puestos de trabajo”.
El hecho es que con estas cifras, parece que hemos perdido la batalla contra el desempleo antes de iniciarla. Nos referimos a «grandes números»; a esas cifras que mencionamos cuando decimos que tenemos una tasa del 18% o del 15% de desempleo (cientos de miles y hasta millones de personas).
Según los cálculos realizados por Elenius, para cubrir 100.000 puestos de trabajo a través de procesos de selección tradicionales, serían necesarios más de 27.000.000 de curriculums recibidos, pero comenta Azulay que “Lo cierto es que por cada vacante, los reclutadores humanos únicamente revisan una media de 30 curriculums, dejando sin oportunidades a un enorme colectivo de personas potencialmente adecuadas para dichos puestos. Por ello, no le quepa ninguna duda sobre que estas 549 personas que se presentaron para cubrir 32 vacantes, también habían aplicado a otras tantas ofertas de empleo. Al final se trata de eso… de hacer circular los datos”.
Mientras, el talento está ahí esperando… dando vueltas y más vueltas.
Los comentarios están cerrados.