Dos tercios de las personas mayores están interesadas en la tecnología y a un 38% les gustaría saber más sobre la aplicación de nuevas tecnologías en su vida diaria, aunque solo uno de cada diez invierte dinero en herramientas como alarmas de seguridad, aplicaciones o sensores.
La brecha tecnológica creada por el paso de la edad puede reducirse, pues las personas mayores sí están interesadas tanto en la tecnología como en sus aplicaciones prácticas para facilitar la vida diaria, como muestra el estudio «Del andador al robot: un informe sobre las personas mayores y la tecnología», basado en encuestas realizadas por Novus y presentado por la empresa de telecomunicaciones Doro.
Dos tercios de las personas mayores están bastante interesadas en la tecnología y una de las funciones que esta desempeña y que tiene un uso importante para los mayores es la comunicación. Si nos fijamos en plataformas para comunicarse, estas personas aún utilizan las llamadas de teléfono como herramienta preferida
No obstante, el 86% de los mayores usuarios de WhatsApp lo utiliza de forma semanal, mientras que el 80% de quienes están en redes sociales las usan al menos una vez cada siete días, descendiendo a un 75% en los mensajes de texto y a un 61% para los usuarios de videollamadas.
Otra de los servicios ofrecidos por la tecnología y que los mayores valoran es el papel que juega en la seguridad dentro del hogar. Para el 94% de las personas mayores en Europa es importante poder vivir en su casa el mayor tiempo posible, lo cual se complementa con el uso de la tecnología.
La seguridad se antoja importante ya que el 17% de los encuestados se sienten inseguros a menudo en su hogar debido a diversas causas. La principal de estas es por no poder cuidar de sí mismos (42%), seguidas de miedo a un robo (30%), los olvidos (24%) o las caídas que puedan sufrir (22%).
Estas razones llevan a que el 38% de los mayores tengan curiosidad por aprender cómo se podrían integrar las nuevas tecnologías a su vida. No obstante, solo el 14% del total ha probado soluciones tecnológicas de seguridad. El 40% del total de mayores estaría dispuesto a confiar totalmente en los dispositivos empleados, y el 60% de los que los han probado se encuentran «seguros» con ellos.
Otra aplicación clave de la tecnología moderna se halla en el mundo de la salud, donde un 42% de los mayores se encuentra a favor de la atención sanitaria digitalizada, aunque la mayoría de estos aún muestran inseguridades al respecto.
Su razón principal para desconfiar de la tecnología en este ámbito es la reducción del contacto humano (65%), mientras que el 41% cree que repercutirá en un descenso de la calidad sanitaria, un 16% reclama que los cambios les obligarían a prestar más atención en materia de salud, y finalmente el 12% piensa que esta tecnología es demasiado compleja.
Existen más personas mayores interesadas en las aplicaciones diarias en relación a su estilo de vida que aquellas que se aventuran a probar soluciones tecnológicas, por lo que los números de usuarios pueden incrementarse. Para apoyar esto, el director ejecutivo de Doro, Robert Puskaric, comenta que «debemos educar a las personas mayores para que puedan beneficiarse más del potencial de la digitalización».
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