Las grandes empresas pueden ser unas eficientes incubadoras de emprendedores. Así lo han entendido algunas de las compañías con un mayor potencial de innovación, que han convertido a sus propios empleados en agentes del crecimiento, impulsándoles a que desarrollen aquellas ideas y proyectos que permitan colocar a la empresa en la vanguardia.
Es lo que conocemos como intraemprendedores: aquellas personas que, siendo empleadas de una compañía, se comportan como lo haría un emprendedor y cuentan tanto con la capacidad como con el entorno para desarrollar iniciativas de innovación que permitan a la empresa crecer.
“Algunas de las grandes empresas lo han entendido perfectamente. Por ejemplo, Google anima a sus empleados a que dediquen el 20% de su tiempo de trabajo a desarrollar proyectos propios que pueden ayudar a la compañía a continuar siendo vanguardia”, explica Raúl del Pozo, fundador de Cink Emprende, que destaca que las empresas que impulsan la actividad de sus intraemprendedores presentan un potencial innovador considerablemente más alto que el resto.
“Otras empresas, como Telefónica, han apostado también de manera importante por adoptar un modelo de innovación abierta y fomento del intraemprendimiento creando un ecosistema emprendedor propio donde dan cabida a múltiples agentes externos como son emprendedores, inversores y otros agentes del ecosistema empresarial”, continúa el fundador de Cink Emprende.
Para que las empresas puedan funcionar como un ecosistema favorecedor del emprendimiento desde dentro es necesario que sea la propia dirección la que facilite su labor, no solo aportándoles las herramientas de las que dispone la propia empresa, sino también incentivos tanto para el desarrollo de sus ideas como para ponerlas al servicio de la empresa. En muchos de estos casos la apuesta pasa por construir estos ecosistemas fuera de la propia corporación para evitar los siempre largos y costosos procesos que se generan dentro de las grandes compañías.
“En el fondo, hay empresas que están funcionando como si se tratase de una incubadora, ya que no solo se dedican a producir los bienes y servicios que son objeto de su actividad, sino que también trabajan para que sus empleados cuenten con los medios, la motivación, la formación y los incentivos necesarios para que puedan llevar a cabo esas ideas que pueden ayudar a crecer a la empresa para la que trabajan”, insiste Raúl del Pozo.
Los comentarios están cerrados.