La creciente adopción de procesos de automatización y de IA en el lugar de trabajo dará lugar a cambios significativos en la demanda de las competencias de la mano de obra. Un estudio del McKinsey Global Institute (MGI) considera que estos cambios en las competencias requeridas tendrán importantes consecuencias para las empresas y para la economía, así como para los trabajadores, que deberán formarse y reciclarse para adaptarse al nuevo panorama laboral que se avecina.
El estudio, Cambio de competencias: Automatización y el futuro de la mano de obra, es la última investigación del MGI de una serie de estudios sobre el impacto de la tecnología en la economía, los negocios y la sociedad. Cuantifica el tiempo empleado en 25 competencias básicas para el mundo laboral actual y del futuro en Estados Unidos y cinco países europeos: Francia, Alemania, Italia, España y Reino Unido. Siguiendo el enfoque micro-macro del MGI, la investigación abarca toda la economía, pero también analiza en profundidad los próximos cambios de competencias en cinco sectores: banca y seguros, energía y minería, salud, manufactura y retail.
Hallazgos clave:
- La demanda de competencias tecnológicas, tanto digitales básicas como avanzadas, aumentará un 55 % hasta 2030, mientras que la demanda de habilidades sociales y emocionales, como el liderazgo y la gestión de personas, aumentará un 24 %. Las habilidades cognitivas superiores como la creatividad y el procesamiento e interpretación de información compleja también serán más demandadas.
- La demanda de competencias cognitivas básicas y competencias físicas y manuales disminuirá a medida que se adopten la automatización y la IA en el lugar de trabajo, pero las competencias físicas y manuales seguirán siendo la categoría más grande en 2030 en muchos países. Los cambios de competencias plantearán importantes desafíos de reciclaje para millones de trabajadores en todo el mundo.
- Para seguir siendo competitivas, las empresas deberán realizar profundos cambios organizativos y tomar decisiones estratégicas sobre cómo desarrollar la mano de obra futura y deberán abordar estos cambios de competencias. A las empresas les preocupa el hecho de no poder encontrar las competencias que necesitan para la adopción de la automatización y que esto afecte a su futuro desempeño financiero.
«Preparar y gestionar los crecientes cambios en la demanda de diferentes tipos de competencias de la mano de obra representa uno de los mayores desafíos de la próxima década», afirmó Jacques Bughin, director del McKinsey Global Institute y socio principal de McKinsey & Company, con sede en Bruselas. «Nuestra investigación destaca el gran aumento en la demanda de competencias tecnológicas y sociales que actualmente son muy escasas y el exceso de competencias que pueden ser menos necesarias en el futuro, incluidas las físicas y manuales, a medida que la automatización y la IA se abran paso en la economía».
Cambios en la demanda de competencias
Las competencias tecnológicas actuales son las más escasas de las cinco categorías analizadas en el documento del MGI, según la cantidad de horas trabajadas, pero la demanda aumentará un 55 % para 2030, cuando representarán el 17 % de las horas trabajadas, frente al 11 % en 2016. Este incremento afectará a la demanda de competencias tecnológicas avanzadas, como la programación, y a las competencias digitales básicas que cada vez serán más importantes para todas las ocupaciones, incluyendo aquellas con poco contenido tecnológico.
La demanda de competencias sociales y emocionales como el emprendimiento o el liderazgo y la gestión de personas aumentará un 24 %, hasta el 22 % de las horas trabajadas. La demanda de competencias cognitivas superiores crecerá, en general, de forma moderada, pero aumentará drásticamente para algunas de ellas, sobre todo la creatividad y el procesamiento de información compleja.
Al mismo tiempo, ciertas competencias serán menos demandadas. Las competencias cognitivas básicas, incluyendo inserción y procesamiento de datos básicos, disminuirán un 15 %, hasta el 14 % de las horas trabajadas frente al 18 % actual, a medida que las máquinas se hagan cargo de este tipo de actividades laborales que implican la recopilación y el procesamiento de datos. La demanda de competencias físicas y manuales, incluyendo la operación general de equipos, también disminuirá, un 14 %, aunque seguirá siendo la categoría más grande de las competencias de la mano de obra en 2030 en muchos países, representando el 25 % del total de horas trabajadas.
Los cambios en las competencias se producirán de manera diferente en los distintos sectores. En el sector de la salud, por ejemplo, habrá una creciente necesidad de competencias físicas, incluso cuando la demanda de estas disminuya en la industria manufacturera y otros sectores.
La apremiante necesidad de la formación y el reciclaje
Si nos remontamos a los tiempos de la Revolución Industrial, observamos que los cambios de competencias en el lugar de trabajo han venido de la mano de nuevas tecnologías. Pero la automatización y la adopción de la IA marcarán una aceleración, según la investigación de MGI. Los próximos cambios de competencias representan un desafío considerable para los trabajadores de todo el mundo y en este cambiante mundo laboral, millones de personas necesitarán profundizar en sus competencias existentes o adquirir otras nuevas. Esto requerirá iniciativas de educación y reciclaje a gran escala, y las empresas desempeñarán un papel clave en el reciclaje. El informe destaca algunos estudios de caso de empresas que ya lo están haciendo con éxito, a través de iniciativas de capacitación interna y externa, trabajando con instituciones educativas. Pero las compañías no son los únicos actores que necesitarán participar.
Susan Lund, socia de MGI con sede en Washington, D.C., que dirigió la investigación, dijo: «Se ha puesto de moda hablar de la importancia de capacitar a los trabajadores para un futuro más automatizado. Nuestra investigación muestra la urgencia y la enorme magnitud de esta tarea. Las empresas tomarán la iniciativa en el desarrollo de su propia mano de obra futura, pero todas las partes interesadas (educadores, fundaciones, asociaciones empresariales, sindicatos y, por supuesto, los legisladores) tendrán un papel que desempeñar. En nuestra investigación, identificamos una variedad de enfoques y discutimos la experiencia de algunas empresas que ya están participando en el reciclaje de mano de obra a gran escala».
Repensar la estructura corporativa y los procesos de trabajo
El informe examina en detalle las implicaciones para las empresas, que deberán repensar su estructura corporativa y sus procesos y prácticas de trabajo a medida que busquen adoptar las últimas tecnologías de IA y automatización. Para el informe, el MGI encargó una encuesta a más de 3000 líderes empresariales en siete países. Destacó el nuevo énfasis de las compañías en el aprendizaje continuo de los trabajadores y un cambio hacia un trabajo más multifuncional y basado en equipos. Las empresas dicen que necesitarán ser más ágiles, y reconocen que el liderazgo y los recursos humanos también deberán adaptarse. Casi el 20 % de las compañías dijeron que su equipo ejecutivo carece de los conocimientos suficientes para liderar la adopción de la automatización y la IA. Además, a casi una de cada tres empresas le preocupa que carecer de las competencias necesarias para la adopción de la automatización perjudique su desempeño financiero futuro.
A medida que buscan desarrollar la mano de obra necesaria para un futuro de automatización y de IA, las compañías anticipan una mayor competencia para reclutar y retener trabajadores altamente cualificados. El desplazamiento se concentrará principalmente en los trabajadores poco cualificados, continuando una tendencia que ha exacerbado la desigualdad de ingresos y reducido los empleos de salario medio. El documento concluye con una serie de posibles caminos para las partes interesadas, incluyendo a los educadores, las asociaciones empresariales, sindicatos y gobiernos.
«La historia nos enseña que las nuevas tecnologías siempre han requerido nuevas competencias. La diferencia esta vez es la escala de los cambios de competencias y, si adoptamos la decisión que se requiere, nuestra capacidad de prepararnos para ellos. Nuestra investigación remarca el riesgo de una doble bifurcación: primero, la divergencia entre trabajadores de alta cualificación y baja cualificación que podría exacerbar la desigualdad de ingresos y acelerar la contracción de las clases medias y, en segundo lugar, una división creciente entre empresas que adoptan tecnologías y son capaces de atraer el talento más brillante para ayudarles a adoptarlo, y aquellos que se quedan rezagados y no pueden atraer a las personas que necesitan para ponerse al día», afirmó Eric Hazan, socio sénior de McKinsey & Company en París, miembro del Consejo del MGI y coautor del informe. «La consigna de la nueva era será la adaptabilidad de los trabajadores, pero las empresas también deberán ser abiertas y adoptar nuevas formas de trabajo, nuevas estructuras y nuevos enfoques en un mundo laboral que cambiará rápidamente».
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