Las grandes compañías y las start up persiguen muchas veces el mismo objetivo: innovar en cada uno de sus sectores. Hasta hace pocos años, el I+D de las diferentes industrias surgía de las principales empresas a través de departamentos dedicados únicamente a este objetivo. Sin embargo, el modelo ha variado y mucho han tenido que ver las start up, protagonistas de cambios disruptivos en el ecosistema empresarial.
Spain Startup, que organiza South Summit -uno de los principales puntos de encuentro entre start up, inversores internacionales y grandes empresas para fomentar el emprendimiento-, señala cuáles son las estrategias enfocadas a establecer una alianza de éxito.
Del mismo modo que las start up necesitan fondos económicos para salir adelante, también pueden servirse del know how que aportan las grandes compañías. Se trata de una revolución en el sistema establecido que ya está provocando cambios en los modelos de trabajo y la integración de start up en los departamentos de innovación de las grandes corporaciones:
- Más allá de la financiación. El acercamiento de una start up a una gran corporación se suele reducir a motivos de estabilidad financiera, pero va mucho más allá: es un intercambio en el que siempre ganan ambas partes. La alianza permite a la nueva empresa acceder a clientes estratégicos, visibilidad, escalabilidad, crecimiento, credibilidad y reconocimiento de marca. Por su parte, las grandes compañías obtienen sobre todo innovación en unas condiciones mucho más ventajosas que si tuviesen que desarrollarla ellas mismas. En este caso, el retorno es estratégico, más allá del que pueda suponer en la cuenta de resultados, al apostar por crear un auténtico laboratorio de unidades de negocio.
- La fórmula. Las modalidades de colaboración entre start up y corporaciones son muy diversas y decantarse por una u otra opción requiere antes plantearse algunas cuestiones: ¿Por qué es necesaria la alianza? ¿Qué beneficios aportará a ambas partes? ¿Cuáles son las intenciones de cada una? A partir de estas respuestas, se debe diseñar cómo se trabajará e incluso debería pensarse en cómo se podría dejar de trabajar. En este punto es muy importante medir los tiempos del proceso de negociación. Aunque las burocracias internas de las grandes empresas tienden a alargar este tipo de cuestiones, el tiempo de un emprendedor es oro y puede poner en juego el futuro de su proyecto, aunque sólo sea con las negociaciones. Un año vista para una start up puede ser la diferencia entre subsistir o no.
- Nivel de exclusividad. Normalmente se vincula la inversión de una corporación en una start up con la exclusividad del proyecto para la organización, pero no siempre es así o no debería serlo. Muchas grandes empresas apuestan por invertir en el desarrollo de una start up, pero sin obligarles a que su iniciativa sólo pueda ser utilizado de manera exclusiva.
- Confianza entre los equipos. Los profesionales que trabajan en una compañía son parte esencial para el buen funcionamiento de cualquier negocio. Por lo tanto, la clave es que exista confianza y respeto entre los dos equipos, partiendo de implicación, colaboración, coordinación y entendimiento.
- Talento. Otro de los intereses de las grandes corporaciones en sus alianzas con start up es la atracción de talento, ya que los emprendedores suelen ser savia nueva para ellas. Su forma de trabajar, sus hábitos sociales o su estilo de vida siempre rompen y suponen un nuevo desafío para las grandes empresas.
- Agilidad, flexibilidad, velocidad y autonomía. Son factores esenciales demandados por aquellas compañías que deciden integrar una start up, a través de la que buscan acelerar la velocidad de ejecución, calidad de sus procesos y conseguir cada vez una mayor autonomía.
- Creatividad e innovación. Una start up es por definición innovadora y no suele contar con muchos recursos, lo que implica ser muy creativo a la hora de trabajar, tener gran capacidad para probar nuevas soluciones ante problemas existentes y aprender valores que también desean incorporar las corporaciones.
- Digitalización y nuevas tecnologías. Las grandes empresas son conscientes de la necesidad de cambios internos en su organización para avanzar hacia la digitalización, implementar avances tecnológicos y reducir la burocracia. No sólo se trata de avanzar en temas tecnológicos, sino emprender una auténtica transformación cultural en la que tienen un papel fundamental las start up, puesto que la mayoría han surgido en unas circunstancias muy distintas a las establecidas.
- Experiencia. Las corporaciones aportan el conocimiento profesional que les confiere una dilatada trayectoria y, a cambio, las start up les ofrecen su know-how para innovar en su asentado negocio. Este intercambio de aprendizaje es esencial para la eficacia de la colaboración y la motivación de los equipos.
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