Cabify sigue creciendo a pasos de gigante y se ha convertido en una de las startups con más éxito a nivel nacional. Prueba de ello es que la última ronda de financiación que tiene en marcha, superará los 211 millones que ha movido el venture capital (capital semilla) de enero a junio de este año. Con dicha ronda, según confirmó la compañía, el mayor rival de Uber en España quiere obtener 300 millones de dólares (255 millones de euros, aproximadamente, al cambio actual) de financiación.
Los inversores que participarán en esta nueva ronda, que estará enfocada a la obtención de recursos para financiar el crecimiento en América del Sur de la compañía, son la plataforma de comercio electrónico japonesa Rakuten -ya accionista de Cabify-, fabricantes de automóviles y empresas tecnológicas ligadas a esta misma industria.
No es la primera vez que Cabify tira del carro en la inversión en el venture capital. El pasado año, la inversión en la fase más avanzada de las startups (late stage) concentró casi el 50% del total de este negocio -402,8 millones de euros de enero a diciembre-, que se mantuvo prácticamente igual que el año anterior gracias a la inversión en Cabify, según los datos oficiales de la patronal de capital privado (Ascri).
En esta línea, la aplicación española de alquiler de vehículos con chófer obtuvo en abril del pasado año 120 millones de dólares (102 millones de euros) -en una ronda de financiación liderada por la japonesa Rakuten-, frente a los 196 millones obtenidos en todas las inversiones en startups en fase más avanzada.
La compañía, que quiere ganar tamaño, opera en la actualidad en más de 40 ciudades y 12 países de Latinoamérica (entre ellos México, Chile, Perú y Brasil), España y Portugal. Cabify cerró el ejercicio de 2016 con el triple de ingresos respecto al año anterior, que ascendieron a casi 18 millones de euros.
Crecimiento moderado
Con todo, la inversión en startups españolas está en plena fase de consolidación -especialmente en los hubs de Barcelona y Madrid-, lo que le sitúa como uno de los países más atractivos del Viejo Continente. Esto es resultado de la puesta en marcha de diferentes iniciativas como incubadoras o aceleradoras, así como del aumento de todo tipo de inversores para este negocio (plataformas de crowfunding, business angels, entre otros).
No obstante, durante el primer semestre del año, este segmento de inversión se mostró más moderado que el año anterior y movió 211 millones de euros, lo que supone una caída del 18% respecto al mismo periodo del año anterior. El número de inversiones también ha bajado hasta 205 operaciones. Esto está motivado por el menor número de rondas de financiación de gran tamaño (superiores a 10 millones de euros) como consecuencia de que el mercado español de startups todavía no tiene el tamaño necesario para requerir rondas tan grandes.
Sin embargo, los expertos prevén que el ritmo inversor se acelere durante el segundo semestre del año, lo que permitiría al mercado español alcanzar un nuevo volumen anual cercano a los 500 millones de euros.
Las firmas privadas, el mayor desembolso
Como consecuencia de unos presupuestos mucho menores para la inversión desde el inicio de la crisis y un cambio en los instrumentos de financiación utilizados, el papel del sector público como inversor directo en startups ha disminuido. De esta forma, las entidades privadas invirtieron 380,8 millones de euros durante el pasado año -lo que se traduce en un más de un 94% del total-, frente a los 22 millones de euros invertidos por el sector público. Hay que destacar, no obstante, el importante papel del Fond-ICO Global para el sector.
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