El Índice Mundial de Innovación 2015 está liderado por Suiza seguida de Reino Unido, Suecia, Países Bajos y Estados Unidos como las cinco naciones punteras en este ámbito, mientras que España se sitúa en el puesto 27, el mismo que en 2014.
En este Índice Mundial de Innovación 2015 -elaborado por la consultora A.T. Kearney- se analizan 141 economías de todo el mundo sobre la base de 79 indicadores, con lo que se evalúan tanto las capacidades como los resultados cuantificables en el campo de la innovación.
En lo que respecta a los países europeos, España se sitúa en el puesto dieciocho, mientras que ocupa el lugar 24 en cuanto a los factores de entrada, relacionados con la inversión, y el 29 en los salida, referidos con el resultado de dicha inversión.
El puesto 27 de España viene lastrado, según este estudio, por aspectos como el peso de la educación en el PIB (puesto 59), los beneficios fiscales (60), la facilidad para arrancar un negocio (62) o la estabilidad política (65).
Investigación académica
En investigación académica, España se sitúa en el duodécimo lugar, aunque en el apartado de creación de marcas y otros activos intangibles baja al puesto 38 y al 47 en cuanto a generación de patentes.
Iñigo Aranzábal, líder de la práctica europea de Innovación de A.T. Kearney, resume en dos los factores del bajo desempeño de España en innovación: una menor inversión de los países de referencia y el escaso rendimiento de dicha inversión.
En este sentido, Aranzábal incide en que desde que que comenzó la crisis, España ha experimentado una contracción de la inversión del sector privado en I+D (15 puntos porcentuales sobre la inversión de 2008 en términos constantes), mientras que ?este indicador crecía por encima de los niveles previos a la crisis en grandes economías europeas como Francia y Alemania, y se mantenía en Italia y el Reino Unido?.
Fomento del emprendimiento
Además, indica que «no se saca el rendimiento esperable de nuetra innovación», ya que el cociente entre resultados e inversión, es decir, la eficacia de la inversión, «se sitúa ligeramente por encima de la media de los países analizados y muy por debajo de países de los referencia».
En su opinión, la única forma de mejorar los resultados futuros es «invertir desde ya en desarrollar una cultura que valore y fomente el emprendimiento».
Del Índice Mundial de la Innovación 2015 se desprende -según A.T. Kearney- que «una de las herramientas del éxito reside en contar con un plan de políticas de innovación bien coordinadas, que tenga objetivos claros y esté alineado con la debida estructura institucional».
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