Hay gente que es adicta al trabajo, pero no la adicción que todos conocemos en la que se vive trabajando, sino que es otra adaptada a los tiempos actuales. Algunas personas que quieren ser más eficientes en lo que hacen, deciden implantarse un chip NFC debajo de la piel para poder realizar algunas funciones como entrar en su despacho, activar o desactivar el sistema de seguridad, obtener puntos de descuento en el supermercado e incluso entrar al gimnasio.
Quizá algunos no os creáis esta historia, pero en Estocolmo hay un lugar de coworking en el que entre un 15 y un 20% de personas han decidido dar este paso. La inclusión de un chip NFC debajo de su piel elimina la necesidad de llaves o tarjetas de entrada, y para más asombro, hay algunas otras compañías como organizaciones militares, empresas de seguridad o inmobiliarias, que han contactado con este espacio para aplicar un sistema similar
Todo forma parte de la necesidad de utilizar tecnología, aunque en general los wearables que más se utilizan son gafas inteligentes, smartwatches o pulseras. Gracias a esto, los jefes pueden prestar más atención a los movimientos que tienen sus empleados, además de conseguir aumentar la productividad general de los trabajadores. El problema de todo esto es la renuncia a la privacidad por parte del trabajador.
Los principales usos de esta tecnología
Una tendencia que está cogiendo mucha fuerza, es el uso de wearables para monitorear la salud de los empleados. La verdad es que las compañías cada vez le dan más importancia a esto, y también lo podemos ver en Apple, cuando decide implantar su propia aplicación de salud en el iPhone. Los incentivos a las empresas para que mejoren la salud de sus empleados son un factor clave que ha provocado que las compañías se declinasen por esta tendencia.
En empresas en las que el riesgo asociado es muy elevado, los wearables juegan un papel muy importante en el ámbito de la seguridad. Algunos trabajadores de las minas de carbón en Australia utilizan un dispositivo llamado “SmartCap” que se parece a una gorra de béisbol, pero que tiene sensores integrados para detectar algunas variables. Si un conductor se está quedando dormido la gorra emite un sonido para prevenir un posible accidente debido a la fatiga.
Pero tampoco podemos dejar olvidada una aplicación fundamental para las empresas, y esta es la de la logística. La cadena de supermercados británica Tesco, les da pulseras a sus empleados de un centro de distribución para que así puedan ver los bienes que se transportan por todo el proceso productivo. De esta manera, se elimina la necesidad de utilizar la red interna desde el ordenador y además los directivos consiguen ver los tiempos estimados que se tarda en completar el proceso.
Los dispositivos cada vez más están empezado a recolectar datos más personales y el cifrado que llevan no siempre es suficiente para poder tener estos datos a salvo. Además, a nivel laboral los empleados pueden ver esto como una herramienta de vigilancia y no como algo que les ayude a aumentar su productividad.
Sea como fuere, nos encontramos ante lo que va a ser nuestro futuro. Ahora es casi inevitable la utilización de Internet, así que podemos esperar que en un futuro no podamos vivir sin tener estos dispositivos actualizados a nuestro día a día y con las funciones que más necesitamos. Es imposible pasar por alto esa revolución, los smartwatches ya están presentes en nuestras vidas y muy pronto vamos a utilizarlos para las mismas funciones que tienen los smartphones.
¿Cómo ves la inclusión en el mundo laboral de estos dispositivos? ¿Piensas que va a llevar problemas en el largo plazo o todo sirve para mejorar nuestra productividad?
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