El próximo 15 de julio se celebra el Día Internacional de las Tecnologías Apropiadas, una fecha que nos invita a reflexionar y a analizar el impacto de las Nuevas Tecnologías en la calidad de vida de las personas con discapacidad.
En este contexto y por cuarto año consecutivo, Keysight Technologies y la Fundación Adecco presentan el Informe Tecnología y Discapacidad, un análisis que basa sus resultados en una encuesta realizada a 300 personas entre 20 y 58 años, con diferentes tipos de discapacidades.
Este informe se realiza en un contexto en el que la contratación de personas con discapacidad está registrando un crecimiento imparable. De hecho, el año pasado alcanzó su máximo histórico: 82.977 contratos, un 19% más que el año anterior, cuando se registró la cifra de 69.648.
La Tecnología, factor de integración laboral
En este incremento de contrataciones son muchos los factores que han influido, principalmente un cambio de mentalidad por parte de las empresas y de las propias personas con discapacidad. Las nuevas generaciones se plantean un futuro profesional en el que puedan trabajar, rompiendo la anacrónica tradición que relaciona a la persona con discapacidad con la inactividad y la dependencia.
Sin embargo, la Revolución Tecnológica también ha podido influir en este incremento de las contrataciones. En efecto, la irrupción de las Nuevas Tecnologías y adaptaciones tecnológicas, permiten a las personas con discapacidad desempeñar puestos de trabajo en los que hace años estaban prácticamente excluidos. Estas adaptaciones mitigan las dificultades derivadas de la movilidad, la audición o la visión reducidas, posibilitando que las personas con discapacidad utilicen su potencial cognitivo en el ámbito laboral.
Nos referimos, por ejemplo, a los siguientes productos:
– Para personas con discapacidad física: mesas regulables en altura, teclados con cobertores o teclas de gran tamaño que impiden pulsaciones accidentales, ratones virtuales o ergonómicos, etc.
– Para personas con discapacidad visual: pantallas de gran formato, lectores de pantalla, impresoras de braile, magnificadores o lupas aumentativas, etc.
– Para personas con discapacidad auditiva: intérpretes de lengua de signos, emisoras de frecuencia modulada, prótesis auditivas, etc.
– Para personas con discapacidad intelectual la variedad es menor. Si bien en los últimos años hemos visto surgir las páginas de lectura fácil (con lenguaje sencillo y claro, de forma que puedan ser entendidos por todos) o las Apps basadas en pictogramas intuitivos, la oferta es aún muy residual.
Del total de encuestados con empleo, más la mitad (un 53%) asegura que este tipo de adaptaciones facilitan en gran medida las tareas que su puesto de trabajo requiere, permitiéndoles ser autónomos en sus tareas. Frente a éstos, existe un 47% que no utiliza este tipo de tecnologías en su entorno laboral, aunque en algunos casos sí tecnologías convencionales.
Clasificación por tipo de discapacidad
Son las personas con discapacidad sensorial las que más emplean las tecnologías adaptadas en su puesto de trabajo (70%), seguidas de lejos de las personas con discapacidad física (50%) y las personas con discapacidad intelectual/psíquica (11%).
GRUPO UTILIZACIÓN TECNOLOGÍAS ADAPTADAS EN EL PUESTO DE TRABAJO
Personas con discapacidad sensorial 70%
Personas con discapacidad física 52%
Personas sin discapacidad psíquica/intelectual 11%
La tecnología al servicio de la calidad de vida
Además del plano laboral, resulta muy importante el papel que han desempeñado las Nuevas Tecnologías para reducir las situaciones de dependencia e incrementar la autonomía de las personas con discapacidad.
Según los datos que se arrojan de la presente encuesta, las Nuevas Tecnologías han mejorado la calidad de vida integral de 6 de cada 10 personas con discapacidad. A continuación reflejamos algunos ejemplos de respuestas que demuestran cómo las tecnologías han influido en un incremento de la calidad de vida de los encuestados:
– El hecho de poder comunicarme con personas con mi misma discapacidad desde el otro lado del mundo, intercambiando experiencias y encontrando nuevos recursos.
– A través del whatsapp puedo comunicarme de forma escrita e instantánea con mi familia. Éste es un avance importante, pues antes no podíamos hablar por teléfono por lengua de signos.
– Gracias al teléfono, salgo a la calle con menos miedo: si me pasa algo, sólo tengo que dar a un botón y llamar.
– Las Apps del Smartphone me permiten adaptarme mejor al entorno social, por ejemplo localizando rutas de ocio adaptado.
– Internet me permite tener al alcance de la mano herramientas para sobrellevar mis dificultades, y todo a través del móvil, sin necesidad de ordenador.
Incremento de oportunidades VS brecha tecnológica
Las Nuevas Tecnologías ponen sobre la mesa una llamativa dicotomía: por un lado, suponen un importante estímulo para que las personas con discapacidad puedan mejorar su calidad de vida y acceso al empleo. Por otra parte, pueden intensificar la desigualdad si no se actúa sobre algunos ejes estratégicos: formación, adaptación, diseño, asequibilidad, etc.
Así, un 55% sigue encontrando barreras para utilizar las herramientas tecnológicas convencionales. Esto quiere decir que, si bien las adaptaciones tecnológicas están suponiendo un gran avance, aún no son suficientes para cubrir todas las necesidades específicas de las personas con discapacidad.
La mayor parte de estas barreras son de índole económico (22%). Recordemos que las personas con discapacidad presentan unas tasas de pobreza superiores a la media. La ONU alertaba, recientemente, que el 80% de las personas con discapacidad en el mundo viven bajo el umbral de la pobreza. En España, el 65% de las familias con miembros con discapacidad afirma llegar con dificultad a fin de mes. Esta circunstancia, en ocasiones, les impide adquirir los dispositivos tecnológicos que hoy consideramos convencionales: televisión, ordenador con internet, Tableta, libro electrónico, etc…
Además, un 19% ha hecho alusión a las barreras de tipo formativo: a pesar de contar con nivel adquisitivo, este porcentaje desconoce el modo de utilizar estas herramientas, pues no ha tenido ocasión de recibir formación para el manejo de las mismas. Por último, un 14% destaca barreras de accesibilidad. Es decir, aun contando con recursos económicos y con conocimiento para usar estas herramientas, no puede interactuar con ellas porque no están adaptadas a las circunstancias personales derivadas de su discapacidad.
¿Cómo reducir la brecha tecnológica?
Teniendo en cuenta la tipología de los obstáculos que encuentran las personas con discapacidad para interactuar con la Tecnología, podemos formular algunas propuestas que sirvan de punto de partida para reducir la brecha tecnológica.
o Propuesta para reducir la brecha económica
Asumiendo que las Nuevas Tecnologías pueden mejorar la calidad de vida de las personas y su relación con el entorno, establecer un paquete de ayudas para aquéllas con discapacidad y menores ingresos, de forma que puedan adquirir las herramientas tecnológicas asequiblemente.
o Propuesta para reducir la brecha formativa
Diseñar programas de voluntariado corporativo con las empresas del entorno, de manera que sean los propios trabajadores los que formen a las personas con discapacidad en el uso y manejo de las Nuevas Tecnologías. De este modo se consigue un doble intercambio. Por un lado, los empleados pueden conocer de cerca la discapacidad y derribar barreras y falsos estereotipos. Por otro, las personas con discapacidad tienen un acercamiento al mundo de la empresa y desarrollan habilidades y conocimientos, aspectos clave de cara a su futura integración laboral.
o Propuestas para reducir la brecha de accesibilidad
– Promover el diálogo entre el tejido asociativo de las personas con discapacidad y las empresas del sector tecnológico, de modo que éstas conozcan e interioricen las necesidades de aquéllas. El voluntariado corporativo vuelve a convertirse en la herramienta estrella para conseguirlo.
– Destinar parte de la RSE de las empresas tecnológicas al desarrollo de herramientas y App accesibles para personas con discapacidad, a través de concursos internos que insten a los desarrolladores informáticos al diseño de este tipo de productos.
– Reforzar, desde la Administración Pública, la legislación y los incentivos a las web accesibles, promoviendo la formación de los profesionales que las administran. En este plano, es de vital importancia fijar la atención en las personas con discapacidad intelectual, población habitualmente desatendida cuando se aborda la accesibilidad (habitualmente se centra en adaptaciones físicas y sensoriales).
El Ministerio de Educación y Ciencia, en base al trabajo realizado por AFANIAS y el Instituto de Apoyo Empresarial (IAE), realiza una serie de recomendaciones en el Protocolo de Navegación Acccesible (IAE) para personas con discapacidad intelectual:
Respecto a los contenidos y navegación:
Agrupar los contenidos para evitar la sobreinformación intentando un diseño donde las secciones de los menús sean claras y limpias permitiendo encontrar la información que se busque.
Menús de navegación visibles y ubicados en la misma posición durante toda la navegación de la página. El diseño de la interfaz debe ser también accesible
Evitar los tiempos de descarga demasiados largos procurando una navegación rápida.
Respecto a los apoyos y ayudas.
Utilizar un lenguaje claro, comprensible y suficientemente descriptivo.
Cuidar el diseño para evitar que el usuario caiga en errores, si aún así este error se produce el aviso de error debe explicar de qué tipo se trata y que hay que hacer para subsanarlo.
El uso de las Redes Sociales en las personas con discapacidad
Las redes sociales han supuesto una gran innovación en la forma de comunicarnos y se han posicionado como un canal esencial para las relaciones sociales, la expresión de opiniones e incluso la búsqueda de empleo. Según la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de la Tecnología en los Hogares, del INE, más de la mitad de la población adulta en España (51,5%) participa en las Redes Sociales.
La participación de las personas con discapacidad, según los datos de esta encuesta es inferior a la de la población general, descendiendo hasta el 40% y teniendo en cuenta, además, que se trata de un porcentaje inclinado al alza, habida cuenta del elevado porcentaje de cuestionarios recibidos online y que presuponen el uso de Internet por parte de los encuestados.
La Red Social más popular entre los encuestados, y la única que utilizan más de la mitad de las personas con discapacidad, es el Facebook (58%). Muy por detrás, un 25% de los encuestados utiliza el Twitter y tan sólo un 10% el Linkedin, la principal red social para la búsqueda de empleo.
Por último, un 5% utiliza otras Redes Sociales, en su mayoría específicas para personas con discapacidad (Disismore, Anundis, etc).
¿Y en qué contexto utilizan las redes sociales? Sobre todo como canal de ocio, pero también para la búsqueda de empleo, sobre todo en el caso de Linkedin. También destaca el uso que algunos encuestados hacen de las mismas, como plataforma para concienciar sobre la situación de las personas con discapacidad.
Acceder a informe completo:
http://www.fundacionadecco.es/_data/SalaPrensa/Estudios/pdf/627.pdf
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