Apple, Google y Samsung por el lado internacional e Inditex, Telefónica y Santander por el nacional, son las marcas que los estudiantes consideran más innovadoras, aunque la innovación no es uno de los elementos críticos a la hora de elegir una empresa en la que trabajar. Estas son algunas de las principales conclusiones de la encuesta Innov@cción 2014, realizada por PeopleMatters, consultora especializada en Gestión de Personas, y Ars et Inventio, unidad de negocio de Business Integration Partners especializada en proyectos de estrategia y gestión de la innovación.
El objetivo de este estudio, presentado en la sede de Gas Natural Fenosa en Madrid, es analizar la opinión de directivos, profesionales y expertos ligados al mundo de la Innovación respecto a la importancia y grado de madurez con el que las empresas españolas abordan el reto de innovar. Este año, de forma adicional, se ha incluido también la opinión de los estudiantes que están cursando un Erasmus y que suponen la cantera de talento de las compañías.
Sin embargo, la innovación no se considera prioritaria a la hora de elegir una empresa en la que trabajar, donde priman razones como “el buen ambiente de trabajo”, “el respeto a los empleados” y “el desarrollo profesional”.
Esta nueva mentalidad con la que las nuevas generaciones están impregnando al mundo empresarial queda patente también en el suspenso a la Universidad como fuente de formación en este ámbito: el 90% de los estudiantes considera que no les prepara suficientemente. Aunque los profesionales consultados coinciden en esta valoración, lo cierto es que la visión sobre el fin último de la innovación difiere muchísimo en los dos grupos que participan en el informe:
– Los directivos opinan que innovar es necesario para aportar valor y garantizar la supervivencia de la empresa;
– Para los estudiantes, el valor debe ser mejorar su contribución a la sociedad.
En general, el informe dibuja un panorama de la innovación en España en el que: la percepción del nivel de innovación es muy baja (solo un 6% de los profesionales y un 8% de los Erasmus la califican como alta), se circunscribe a las grandes empresas o los jóvenes emprendedores y se considera muy insuficiente con respecto a otros países (es la visión de un 50% de los Erasmus).
La innovación desde el punto de vista directivo
Por su parte, el grupo de directivos y profesionales aporta relevantes conclusiones sobre las principales tendencias que marcarán la innovación en nuestro país durante el presente año:
- Las previsiones de inversión en innovación para 2015 se incrementan en un 59,2% de las compañías en porcentajes que varían del 2 al 10%.
- Los directivos consideran aceptable el grado de innovación de sus empresas: un 56% lo califica como notable o superior frente a solo el 18% que lo suspende. Además, solo el 33% valora como superior el grado de innovación de su competencia.
- Sin embargo, se trata de una valoración con matices, ya que un 50% cree que se trata de una estrategia aún incipiente o en desarrollo: el proceso se considera inmaduro y aún carente de una sistemática. En este sentido, un dato relevante es que los directivos que mejor valoran el proceso son los directores generales, mientras que los responsables de áreas como RRHH o Innovación son los que peor puntuación otorgan.
Por sectores, el esfuerzo de innovación de las compañías se focaliza principalmente en las áreas de Telecomunicaciones, Tecnología, Energía y Ocio/Turismo, mientras que Banca y Administración pública suspenden.
Susana Marcos, socia de PeopleMatters, explica que “estos años de incertidumbre han hecho esencial que las empresas evolucionen y se reinventen para generar nuevas oportunidades de negocio a medio y largo plazo, incluso para no perder la posición en sus respectivos mercados. Una estrategia como la innovación podría ser la clave para conseguirlo, con sus ventajas pero también con sus riesgos. La innovación requiere que la empresa invierta para llevar ideas al mercado -no solo generarlas- y conseguir algún retorno (económico, social, etc.)”.
“En este sentido –continúa-, necesita transformar su dinero en ideas y las ideas en valor para la compañía. Para ello es necesario que se dé la creatividad suficiente, se gestione para garantizar la ejecución y se mantenga una cultura que propicie y fomente el poder de la inspiración al servicio del cliente”.
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