El mundo laboral, a menudo, se parece a la vida amorosa de cualquier persona. Cuando estamos solteros, la mayoría tratamos de encontrar a alguien con quien compartir nuestra vida, del mismo modo que cuando nos quedamos sin empleo, queremos avanzar lo antes posible y de manera sólida hacia un nuevo proyecto profesional –excepto aquellos solteros y emprendedores que disfrutan de su independencia y prefieren seguir su propio camino-. Y cuando estamos en pareja intentamos que esa relación amorosa se prolongue en el tiempo –lo máximo posible, por lo general-, al igual que nuestro vínculo laboral con una organización sea estable, duradero y provechoso.
Pero en el mundo laboral, al igual que en la vida amorosa, se cometen errores comunes, que afectan a ambas partes de cada relación. Y hoy hablamos de uno de ellos: cuidar la relación solo en días o momentos especiales y olvidarse del día a día.
Bros Group comparte cinco maneras de cuidar y fidelizar al talento y mantener a los profesionales conectados y enamorados de la marca empleadora durante todos los días del año.
- Cuidar de la experiencia de los empleados… ¡desde el primer contacto! La experiencia de un profesional con una organización no comienza en su primer día de trabajo, sino que se inicia con el primer contacto. Ya desde el proceso de selección, las empresas deben cuidar de la experiencia de sus candidatos, a través de una comunicación eficiente y 100% real, el respeto a los tiempos marcados y una alineación absoluta entre los requisitos exigidos, las condiciones ofertadas y las expectivas del profesional. Estos primeros momentos son clave para la relación pues de ellos depende que el profesional llegue a la organización motivado, alineado y conectado con la marca o, por contra, llegue con dudas y una percepción negativa que puede condicionar su relación con la compañía.
- Construir una cultura empresarial coherente y sostenible: La cultura de empresa es la ‘brújula’ de cada organización; todo lo que en ella se establece se debe cumplir con coherencia, asegurando que sea atractiva y que esté alineada con el tipo de talento que forma parte de la compañía. Y, lo más importante, garantizando que sea una cultura sostenible en el tiempo, que no dependa de modas pasajeras o iniciativas puntuales, sino que sea beneficiosa para todas las partes implicadas. Solo así se demuestra a los empleados que no son un número y que la empresa se preocupa genuinamente por su bienestar, su desarrollo personal y profesional, su crecimiento dentro de la organización…
- Una comunicación que se corresponda con la realidad: Para mantener un vínculo profundo entre empresas y profesionales es esencial que todo lo que se comunica refleje fielmente la realidad interna. De nada sirve que la compañía proyecte externamente una imagen basada en bienestar, la flexibilidad, la conciliación o el desarrollo profesional si luego no existen o no se cumplen ese tipo de iniciativas en el día a día. Tampoco genera confianza que un directivo hable en un evento sobre valores o prácticas que no coinciden con la experiencia real de los empleados. A nadie le gusta sentirse engañado y trasladar una visión distorsionada hacia el exterior puede fragmentar la conexión entre el talento y la marca.
- No paliar ‘gaps’ culturales o empresariales con actividades sociales: Cañas los viernes, afterwork los jueves, el evento anual en Las Vegas… Todo esto está genial, pero únicamente si está alineado con lo que ocurre día a día en la organización. Lógicamente no se pueden organizar eventos todos los días, pero utilizar actividades sociales como parche para cubrir problemas estructurales o deficiencias en la gestión del talento es un error. Lejos de fortalecer la relación con los empleados, genera desconfianza y los aleja de la marca. Si la empresa atraviesa un momento complicado, con recortes de presupuesto y de personal, las acciones deben estar en cierta sintonía con la realidad. En este sentido, la transparencia y la coherencia valen más que cualquier evento espectacular y los empleados valoran más una empresa sincera y alineada con sus valores que una que intenta maquillar sus carencias con afterworks y fiestas.
- Liderazgo empático, escucha activa y reconocimiento: Tres aspectos que deberían convertirse en el ‘Santo Grial’ de cualquier empresa a la hora de gestionar su talento de manera diaria. Los líderes son imprescindibles para mantener a los equipos enamorados y vinculados con la marca. Por ello deben apostar por la empatía, para apoyar y entender mejor al talento, por la escucha activa, con la intención de poner en marcha iniciativas y estrategias alineadas con lo que demandan los profesionales, y reconocimiento –tanto comunicativo como retributivo-, con la intención de mantener una motivación elevada entre los equipos.
En definitiva, la conexión entre el talento y las organizaciones debe trabajarse día a día y no esperar únicamente a momentos puntuales para demostrar a tus empleados todo lo que te preocupas por su bienestar, por su conciliación, por su crecimiento y por su felicidad y todo el ‘amor’ que les profesas.