Si has trabajado con jóvenes en los últimos años, o si conoces a alguien que lo haya hecho, sabrás lo inestables que la mayoría de ellos tienden a ser en sus trabajos. Es casi una epidemia.
Y entonces, los empleadores están divididos: Hay mucho potencial en los jóvenes, y son de lejos la generación más tecnológicamente adaptada, y una de las más inteligentes y recursivas… Pero su bajo compromiso y alta rotación hace que contratarlos sea un verdadero riesgo.
Así que, en afán de comprender un poco más este fenómeno y a esta población, vamos a ver algunos de los factores que lo causan, sus efectos en los jóvenes y las empresas, y algunas maneras en las que, como empresario o ejecutivo, puedes responder a la situación entera, y manejarla.
Las causas
Malos consejos
Hoy en día a muchos jóvenes se les aconseja, sin pelos en la lengua, que cambien de trabajo cada año, ya que esto lleva a un aumento, en promedio, en sus salarios. Este consejo surge en la industria de la tecnología, donde desafortunadamente aplica. La habilidad, conocimiento y efectividad de un programador decente, aumenta casi constantemente mientras esté trabajando en programación. Sin embargo, muchas empresas que los contratan no tienen en su presupuesto premiar a las personas por su lealtad, así que efectivamente, en muchas situaciones, si un programador cambia de trabajo una vez al año, su salario aumentará con cada nuevo empleo.
Sin embargo, este consejo se le está dando a la gente en general. Y como puede que intuyas, no muchas otras industrias funcionan de esta manera.
«El efecto de estos consejos son jóvenes de 25 o 26 años con 6 o 7 empleos en sus hojas de vida, lo cual los hace prospectos mucho menos atractivos para un contratador o un empresario. Al final del día, los jóvenes que cambian de trabajo cada año terminan ganando cada vez menos, y teniendo cada vez más problemas consiguiendo trabajo, ya que pocos están dispuestos a tomar riesgos con una persona tan inestable. Y todos perdemos.» comenta Jairo Pinilla, director ejecutivo de Performia Colombia, una consultora internacional de RRHH.
Falta de propósito
Todos queremos, y necesitamos dinero. Y todos trabajamos para ganarnos un salario y poder cubrir los gastos que tenemos en nuestra vida. El problema con esto es cuando el salario se vuelve nuestra mayor y única prioridad. Y aunque esto es algo que es común en todas las generaciones, pareciera ser especialmente común con los candidatos y los empleados más jóvenes del mercado laboral.
«Los jóvenes se endeudan para estudiar un trabajo que pague bien, y luego necesitan un trabajo que pague bien para pagar las deudas que adquirieron. Pero a diferencia del siglo pasado, esta estrategia no es tan factible hoy en día. Las deudas estudiantiles son gigantescas, las universidades se aprovechan de su estatus para cobrar matrículas exorbitantes, y los que terminan pagando son los estudiantes que caen en la trampa.» comenta Pinilla.
Y aunque se puede culpar al sistema de educación moderno o la corrupción, culpar a alguien no nos llevará a ningún lado. Como empresarios y ejecutivos, lo que necesitamos son soluciones. Así que veamos algunas.
Las soluciones
Premia la lealtad
No seas como algunas desafortunadas empresas de tecnología. Si tienes gente buena, y la quieres retener, ¡hazles saber que los aprecias! Y no, no se trata solo de subirles el salario.
Algunas personas quieren retos nuevos: dáselos. Por supuesto, no puedes dejar que se descuide el área de la que vienen estas personas, pero permíteles explorar nuevos horizontes también.
Otras personas solo quieren estabilidad: aprécialos. Hazles saber que su aporte es de mucha utilidad, y que planeas darles esa estabilidad que buscan. Págales lo que se merezcan, y lo que la empresa se pueda permitir, por supuesto. Pero no te quedes solo con el salario.
Comparte tu propósito
La mayoría de empresas fue creada por una razón, con un propósito. Todas las empresas ayudan a alguien en algo. Los empresarios están muy conscientes de esto, usualmente. Los empleados… No siempre.
«Tu rol como empresario, es contar tu historia, y compartir tu propósito. Permite que las personas en todos los niveles de la empresa vean lo que la empresa logra a gran escala, y cómo le está yendo. Demasiadas empresas grandes terminan haciendo sentir a la gente como eslabones pequeños en una máquina incomprensiblemente enorme. Evita esto al máximo.» agregó Pinilla.
Evalúa a tus candidatos
Finalmente, no importa cuánto apliques los pasos anteriores si contratas a la gente equivocada.
«Resulta que siguen habiendo jóvenes buenos, productivos y leales en el mercado laboral. Si no te has encontrado con ninguno, puede que pienses que toda la generación está condenada… Pero no es así. Si tienes un buen sistema de contratación, que te permite evaluar la motivación de tus candidatos, su compatibilidad con tu empresa, el puesto, y su futuro jefe, entonces podrás encontrar a la gente correcta para el lugar correcto, y construir tu equipo con ellos. En esto nos especializamos en Performia, y esta fue la razón por la que traje mi empresa a Colombia. ¡Y este es el propósito que comparto yo con mi gente!» concluyó Pinilla.