El COVID-19 ha acelerado la llegada de la cuarta revolución industrial, activándose una disrupción tecnológica en todos los sectores profesionales.
Como consecuencia de este cambio, las empresas necesitarán contar con profesionales que habiliten y maximicen el valor de esta transformación.
El Foro Económico Mundial predijo en 2018 que se podrían perder 75 millones de empleos a partir de 2022 debido a la automatización de múltiples procesos, mientras que se podrían crear 133 millones de nuevos empleos si se ponían los mecanismos necesarios.
En enero de 2020, el FME advirtió de nuevo: »El mundo se enfrenta a una emergencia de recapacitación. Necesitamos capacitar a más de mil millones de personas para 2030». Según este organismo, las empresas tienen que poner en marcha una estrategia integral, de largo plazo, que asegure que sus plantillas tengan las habilidades necesarias. Para ello, el FME aconseja realizar una transformación del aprendizaje que se enfoque simultáneamente en la recapacitación continua y en el trabajo real.
A través de un estudio de 2020 de PwC (Global Survey of CEOs) se destaca que el 75% de los CEOs están preocupados por no saber si tendrán el talento que necesitan para el futuro, pero solo el 18% ha avanzado en la implementación de programas de capacitación y/o formación para sus empleados. El 77% de los profesionales encuestados estarían, por su lado, abiertos a mejorar sus competencias y habilidades.
Robert Walters, consultora global de búsqueda y selección especializada de mandos intermedios y directivos, acaba de publicar la guía The Future of Work, en la cual se abordan cuáles serán las competencias imprescindibles a partir de ahora. Según el informe, un gran número de profesionales – con especial hincapié en aquellos en posiciones de liderazgo – necesitarán realizar un reskilling y upskilling laboral con el objetivo de adquirir estas 5 habilidades clave:
1 – Sensibilidad tecnológica
Profesionales que además de ver el potencial comercial de la tecnología, posean también una visión estratégica y transversal que inspire a sus compañeros. Deberán haber estado expuestos a la transformación digital, y contar con la sensibilidad necesaria como para desempeñar su papel a medida que las tecnologías continúen desarrollándose e influyendo en su rol, a su mercado y a sus equipos.
2 – Business Intelligence
Los datos serán el combustible que impulse nuevos productos, servicios e innovaciones. Se demandará que los profesionales puedan convertir los datos en inteligencia empresarial. La gestión de la información y el uso eficaz del big data serán cruciales: esta capacidad permitirá a los profesionales ser más eficientes, entender mejor las oportunidades del mercado, aplicar una correcta rentabilidad a los proyectos, y sacar la máxima productividad de sus equipos de trabajo.
3 – Liderazgo del cambio
Los mercados se moverán cada vez más rápidamente por lo que las organizaciones necesitarán líderes que guíen y motiven a sus equipos, que les ayuden a tener éxito en este contexto de cambio continuo, dentro de un entorno muy volátil y poco predecible.
4 – Culturización corporativa virtual
Muchas organizaciones incrementarán el trabajo remoto, una modalidad que requiere que los profesionales tengan la capacidad de colaborar y fomentar una cultura corporativa digital.
5 – Gestión de crisis
En un mercado altamente complejo, las organizaciones demandarán profesionales que evalúen y mitiguen el riesgo de forma proactiva, que sean asertivos y ayuden a las organizaciones durante los tiempos difíciles.
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