Cualquier tipo de empresa puede apreciar dos tipos de comportamiento: la implicación y el absentismo.
Los empleados implicados son aquellos de comportamiento positivo, proactivo, motivado e integrado. Empleados que están orgullosos de su espacio de trabajo, del entorno que les rodea, de sus compañeros, de la estrategia empresarial, de las metas, de los objetivos, de los logros y de las oportunidades con las que cuentan para su crecimiento profesional.
En cuanto al absentismo hay que saber que tiene cura porque existe una vacuna para él; una vacuna llamada talento. El talento es la clave para que los trabajadores encuentren su espacio dentro de la empresa. Y para lograrlo la motivación se convierte en algo básico.
Así, el absentismo reiterado es el fruto de la insatisfacción en el lugar de trabajo. Pero también es la falta de compromiso del personal. El absentismo suele culminar en el atraso de los proyectos de la empresa y, por tanto, en la insatisfacción del cliente.
Además, existen centenares de estudios sobre el absentismo. Marks & Spencer realizó unoen el que detectó que el absentismo se situaba un 25% más bajo en tiendas con altos niveles de participación del personal.
Asimismo, en la investigación de Gallup comprobaron que los empleados comprometidos estaban enfermos 2’7 días al año, mientras que los empleamos menos comprometidos enfermaban un promedio de 6’2 días al año. Además, este indicador sobre el compromiso y el absentismo ya lo advirtió la guía Chartered Institute of Personnel and Developement.
La conclusión es muy clara, la administración del talento resulta un ámbito fundamental para involucrar a los empleados en la organización.
En los últimos años se ha avanzado bastante sobre la materia y gestionar el talento resulta ahora mucho más sencillo gracias a herramienas como el software TALENT creado por la consultora de RRHH, Equipo Humano.
Talent permite a las empresas integrar, de manera ágil y dinámica, toda su información clave y la de las personas que la integran.
Además, ofrece un marco para analizar sus capacidades e implantar proyectos de desarrollo del talento. También, resulta útil para conseguir que los empleados sientan que tienenoportunidades de crecer en la empresa, de aprender otros elementos, otras técnicas. En definitiva para que se sientan dentro de un aprendizaje continuo.
En conclusión, con los avances innovadores de los últimos años en materia de RRHH se constata como se puede evitar el absentismo a través de una efectiva gestión del talento; a través de un compromiso por la satisfacción personal y por la propia organización.
Un compromiso real en el que el empleado es capaz de percibir su propia evolución y el beneficio que está aportando a su propia empresa.
Entonces el desafío ya no es solo retener a las personas con talento sino involucrarlas, captar sus virtudes y comprobar los resultados de la propia organización.
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