La primera se centra en Identidad y cómo la tecnología puede trasladar al cliente los beneficios de los avances tecnológicos en multitud de campos, desde la seguridad online y protección de datos hasta el acceso a servicios bancarios a segmentos en situación de exclusión financiera.
Ahora que se acerca el cierre de inscripción para la especialización de proyectos de Identidad –el 17 de abril, con las finales el 16-17 de mayo– BBVA quiere aprovechar para compartir las oportunidades y posibilidades relacionadas con la banca y la importancia de la identidad.
La Identidad –su protección, verificación y uso como punto de acceso a un servicio– es y siempre ha sido, una parte esencial de la función bancaria. Y a medida que el mundo avanza hacia la digitalización la importancia de este asunto no para de crecer.
Cada vez hay más gente que realiza sus operaciones bancarias online –dónde quiere y cuándo quiere– en lugar de visitar una oficina. Se ha avanzado hacia una actividad creciente en el mundo online, digital, en otras palabras, hacia la banca móvil. La verificación de la identidad se ha convertido en una prioridad crítica de la banca en este entorno digital y móvil. Es necesario garantizar la seguridad del dinero, los datos y otros activos de los clientes. De hecho, la protección de los datos relacionados con la identidad también se ha convertido en un elemento esencial de la confianza.
Desde un punto de vista regulatorio, la banca también tiene la obligación de “saber quién es su cliente” (KYC, por sus siglas en inglés) en todo momento, tanto durante el proceso de alta como a la hora de entender las transacciones que lleva a cabo para detectar comportamientos sospechosos.
Todo esto requiere mecanismos cada vez más sotisficados –y en constante evolución– para verificar la identidad de las personas. Y es aquí donde la tecnología financiera, fintech, puede ofrecer ventajas reales y tangibles.
Por ejemplo, hoy es posible utilizar avances biométricos como la lectura del iris, la voz, la huella digital, las venas de los dedos y los rasgos faciales –o una combinación de ellos– para la comprobación y verificación de la identidad. En el futuro quizás veamos comprobaciones de ADN, escaneado facial en 3D en tiempo real… las posibilidades son infinitas, y es necesario encontrar las mejores soluciones y las más seguras en todo momento.
También se pueden integrar los procesos de identificación con los de gestión de datos, por ejemplo mediante la tecnología de blockchain para garantizar la validez de las bases de datos que se autentifican, lo que añade una capa adicional de seguridad al proceso.
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