En el actual ecosistema empresarial, el camino de las startups hacia el éxito es cada vez más complejo, ya que se enfrentan a una serie de desafíos, que van más allá de destacar entre la competencia. Más del 50% de las empresas emergentes fracasan en sus primeros cuatro años y solo 1 de cada 10 consiguen consolidarse al tercer año, según indica el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
“Además de intentar destacar entre la competencia, los emprendedores se enfrentan a otros problemas, como la situación macroeconómica, los avances tecnológicos y los cambios en los hábitos de consumos. Además, hay otras barreras que les dificultan crecer, como la relación prolongada entre los socios fundadores, y la falta retención de talento y adaptación constante al mercado”, indica Adrian Escabias, CEO de Aticco Ventures.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2022, se cerraron más de 26.000 empresas en España, lo que supone un aumento del 10% respecto al año anterior, batiendo un récord desde que hay registros públicos (2000). Estos datos resaltan la importancia fundamental de contar con una excelente ejecución, un buen equipo y un claro enfoque en el cliente para evitar el fracaso empresarial.
“Las empresas no fracasan por no partir de una buena idea de negocio, sino por no implementarla bien. No gestionar bien las operaciones, no atender a las necesidades reales del clientes o no ser capaz de adaptarse a los cambios del mercado son las causas finales del fracaso de muchos proyectos”, asegura Quino Fernández, CEO de AticcoLab.
En España, la motivación de las personas por emprender, no deja de crecer. En 2023, se crearon más de 100.000 compañías, un 11% más que el año anterior. Así lo desprende un estudio sobre Demografía empresarial, realizado por INFORMA. Por ello, desde AticcoLab, la plataforma de apoyo en el emprendimiento del grupo Aticco, y desde su comunidad de business angels, Aticco Ventures, destacan algunas claves fundamentales para impulsar una idea hacia el éxito, evitando que el miedo al fracaso, pueda disuadir a algunos a dar el paso:
- Ejecución por encima de idea: Docenas de emprendedores pueden tener ideas similares. Triunfarán los que sepan ejecutar mejor las operaciones necesarias: ventas, producción, logística, colaboraciones… Siempre dará mejor resultado una idea “normal” bien ejecutada que una gran idea mediocremente ejecutada.
- Crear un equipo con todos los perfiles necesarios: Aunque estos perfiles cambian para cada proyecto, según lo que queramos hacer necesitaremos conocimientos de marketing, financieros, de ventas, del mercado en el que nos metemos, técnicos, etc. Ni el mejor producto se vende solo, ni el mejor marketing venderá un mal producto, ni una empresa que no gestione bien sus finanzas llegará muy lejos.
- Combinar planificación y flexibilidad: Tan importante es partir de un plan de negocio bien trabajado (misión, mercado, objetivos, estrategia, competencia, etc.) como ir modificándolo sobre la marcha según la respuesta del mercado. Lo que en el mundo emprendedor se conoce como “pivotar”.
- Enfoque en el cliente: Es muy importante comprender cuáles son las necesidades y expectativas del cliente para poder abordarlas de la manera más clara. Para ello hay que escuchar a los clientes. Saber por qué nos compran los que nos compran y, aún más importante, por qué no nos compran los que no lo hacen. Un error clásico en los emprendedores es no escuchar a los clientes y creer que saben mejor que ellos lo que necesitan.
- Propuesta de valor clara y bien comunicada: Como complemento del punto anterior, es básico que sepamos qué es lo que le aportamos al cliente y, además, que sepamos transmitirlo por todos los canales a nuestra disposición.
A pesar de los desafíos económicos y las incertidumbres gubernamentales, las cifras de confianza empresarial en España muestran una gran resistencia. Según el estudio anual de Sage, en 2022, solo el 26% de los emprendedores españoles se mantenían optimistas, mientras que, en 2023, esta cifra ha subido al 39%, situando a España entre los países con la tasa de seguridad más alta. Además, más del 50% de las pymes aspiran a aumentar sus beneficios entre un 10% y un 40% en los próximos 10 años, reflejando una perspectiva optimista en el ecosistema empresarial.