Aprobado al mejor suspenso

No es normal que un suspenso tenga recompensa. Pero en este caso ocurrió. Y el premio fue atractivo: un empleo -como trabajador interino- en el Ayuntamiento de Granada.

Para UGT, el sindicato que ha denunciado este pintoresco episodio, la resolución de aprobar al opositor menos malo -dicho sea con todos los respetos- es insólita y no tiene precedentes. «Este asunto se escapa a cualquier lógica. Se hace un nombramiento a partir de una oposición en la que habían suspendido todos los aspirantes. En una decisión absolutamente irregular del concejal Jaime Sánchez Illescas (el encargado del área de Personal)», dice la sección sindical ugetista del Ayuntamiento de la capital.

El Consistorio, en cambio, defiende que no hay nada anómalo. «Además, me consta que en mandatos pasados se ha hecho», explicó el propio Jaime Sánchez Illescas, que acusó a UGT de estar más preocupada en hacer campaña «a favor de no se sabe quién», en lugar de velar por los intereses de los empleados municipales.

Sea como fuere, instó al sindicato a acudir a los juzgados si entienden que el proceso no se ajustó a la legalidad. «Si tenían dudas, deberían haberlo hecho antes, porque este tema es de septiembre. Lo sacan ahora para hacer campaña, ya digo», insistió el edil del PP en sus planteamientos.

UGT, por contra, afirma que ha estado encima del asunto, pero precisan que no ha sido fácil. Según explican, todo han sido obstáculos. Sus reiteradas peticiones de información chocaban con el silencio o con el presidente de la Junta de Personal, que pertenece al Sindicato Independiente de la Policía Local (SIPLG), que mantiene un intenso enfrentamiento con UGT.

Un 4,80

Reproches aparte, la historia del aprobado para el mejor suspenso está salpicada de detalles curiosos.

La plaza que salió a concurso, según la información facilitada por UGT, fue creada en 2002 por el ex concejal Jesús Valenzuela en los ya lejanos tiempos del tripartito (PSOE, IU y PA). No obstante, el puesto estuvo vacante durante cuatro años. Fue entonces cuando el gobierno municipal, ya en manos del PP, decidió contratar a alguien mediante un concurso oposición. «Se presentaron pocos aspirantes y todos ellos suspendieron en el primer examen», recordó UGT, por lo que, en opinión de los sindicalistas, debió quedar desierto.

No fue así. El concursante que obtuvo el suspenso más alto, un 4,80 concretamente, se quedó con el empleo. «En una decisión más que discutible, -agrega UGT- el concejal -Sánchez Illescas- emite un decreto acogiéndose al R.D. 364/1995 artículo 27.1 en el que se dice que: 'El procedimiento deberá posibilitar la máxima agilidad en la selección, en razón a la urgencia requerida para cubrir transitoriamente los puestos de trabajo en tanto se destina a los mismos a funcionarios de carrera'. Sorprende que se justifique la urgencia de una plaza que ha estado vacante sin cubrir durante cuatro años», expresan su estupor los responsables de la sección sindical de UGT en el Ayuntamiento de Granada.

Sánchez Illescas, por contra, indica que sí había prisa. El Ayuntamiento debía hacer frente a dos acontecimientos importantes -uno de ellos era un acto de la Casa Real- y necesitaba tener adjudicada la plaza en cuestión con la suficiente antelación.

¿Bolsa de trabajo?

El edil de Personal añadió que la decisión de los técnicos fue considerar el resultado del fallido concurso oposición como si fuese una bolsa de trabajo. Todo legal, según el Ayuntamiento.

UGT no lo ve así. En este sentido, los responsables del sindicato señalan que había fórmulas consensuadas para dar una salida al problema, pero Sánchez Illescas prefirió ensayar un vía tan novedosa como irregular.