Si estuviera en nuestras manos, las entrevistas de trabajo serían abolidas. Pero la realidad es que, para conseguir un empleo, ese intercambio frente a frente con el gerente de contratación es imposible de eludir, sin importar si usted es de los que termina empapado en sudor por los nervios. De hecho, la ansiedad en algunos es tan alta que terminan bloqueados.
Una de las razones para este nerviosismo es que presentarse a una entrevista laboral no es algo de todos los días. Con tan poca práctica, y tanto en juego, no es sorpresa que los candidatos terminen al borde de un ataque de nervios.
La experiencia es más abrumadora para las personas que han estado sin trabajo por algún tiempo o que han decidido cambiar de empleo. El principal temor es que sea bombardeado con preguntas sobre la razón que le llevó a dejar su último empleo. ¿Por qué no ha trabajado en tanto tiempo? ¿Por qué permaneció en una misma empresa por tantos años?
Para calmar los nervios, empiece por pensar qué preguntas podrían hacerle y escriba las respuestas. Paso seguido, ensaye en voz alta dichas respuestas. Si es posible, pida a un amigo o familiar que haga un simulacro de entrevista con usted, dice Sally Chopping, conferenciante y experta en presentaciones públicas. Las explicaciones cortas y simples funcionan mejor, dice Robin Ryan, asesor de carrera y autor de "60 Seconds & You Are Hired" (algo así como 60 segundos y está contratado).
También, recuerde que el haber sido despedido de una empresa no siempre es visto como una desventaja. "Todo el tiempo se está despidiendo gente", agrega. Ryan sugiere decir algo así como "mi empresa quería hacer cambios y tomar un rumbo diferente y por esa razón estoy disponible". Para explicar por qué no ha trabajado recientemente, podría decir algo como: "Un miembro de mi familia estaba enfermo y necesité tiempo para quedarme en casa y ayudar. La situación ya ha sido resuelta y por esa razón estoy disponible". No maquille o añada más cosas a sus respuestas.
Para ganar confianza, identifique sus fortalezas y habilidades, aconseja Tom Welch, asesor de ejecutivos y autor de "Work Happy Live Healthy" (algo así como Trabaje feliz y viva saludable).
Anote tres o cuatro de sus mayores logros laborales y luego haga una lista de las habilidades que usó para conseguirlos. "Si sabe cuáles son sus capacidades, valores y cómo puede marcar la diferencia, será más fácil hablar con un entrevistador", dice Welch.
Si ninguna de estas sugerencias funciona, busque la ayuda de agencias de empleo, las cuales muchas veces envían a sus clientes a trabajos de corto plazo. En este caso, no tiene que realizar una entrevista, y si tiene suerte, uno de estos trabajos temporales puede convertirse en un empleo permanente.
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