Antonio Matamoros, del departamento de formación de personal de la Caja, asegura que «el sistema de oposición es el mejor para garantizar las mismas oportunidades a todos. Es completamente anónimo, no hay nombres, los candidatos sólo son un número en un papel».
Son tres las pruebas a superar, uno de conocimientos financieros, otro de conocimiento del medio extremeño, idiomas e informática práctica y un test psicotécnico que determina el perfil del candidato.
Unas 2.000 personas presentan sus solicitud en cada una de estas convocatorias aunque poco más de la mitad se presenta. El motivo es simple, la mayoría de los licenciados o alumnos de LADE o carreras similares se apuntan a estas pruebas, ya que los temarios son muy parecidos.
Manuel Domínguez, estudiante de LADE, se ha presentado ya dos veces y ha superado en ambas ocasiones la primera de las pruebas. «Hay tres tipos de personas: las que terminan la carrera y se lo preparan bien, las que no han terminado pero también lo preparan y las que se limitan a repasar los apuntes de clase y prueban suerte», explica.
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