Durante los últimos años, el sector de la animación audiovisual está en auge y la demanda de profesionales está creciendo. Así pues, la animación se ha convertido en uno de los principales segmentos del mercado audiovisual nacional, siendo responsable de la generación del 20% de los puestos de trabajo de la industria audiovisual, según los datos del Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX). Del mismo modo, según el estudio Who is Who 2022. Animation from Spain, el mercado de la animación español cuenta con 260 compañías que emplean a más de 8.500 personas de forma directa con un sueldo medio de entre 24.000 y 28.000 euros. Además, los datos de Mordor Intelligence estiman un crecimiento del 11,5% del mercado global de la animación respecto al 2021.
Así pues, el sector se ha desarrollado en ámbitos como el médico, el educativo o la publicidad. Su uso en marketing responde a un aumento del 20% de la tasa de conversión y del 51% del tráfico web, según los datos de Renderforest. Como consecuencia de la transversalidad de la industria, el sector reclama perfiles híbridos. “Aunque la animación siempre buscará contar historias sea cual sea su objetivo, también es una herramienta clave para comunicar ciertas cosas o hasta explicar procesos. La animación es ya partícipe en muchos de los ámbitos económicos”, añade Patricia Liéban, profesora de la escuela audiovisual Treintaycinco mm.
Se amplían los horizontes para la animación tradicional
La escena de la animación española ha sido especialmente productiva, contando con el soporte del público y de la crítica. Y es que el sector cuenta con una buena salud en España: lo demuestra la nominación de Klaus (Sergio Pablos, 2019) a Mejor Película de Animación en los Oscar o muchas otras producciones reseñables, como la saga Tadeo Jones o la producción Atrapa la bandera (Enrique Gato, 2015), que también contó con buenos datos de taquilla. A pesar de esto, según explica Patricia Liéban, profesora de la escuela audiovisual Treintaycinco mm, “no sería correcto analizar el sector de la animación audiovisual español sin tener en cuenta su impacto transversal en otros campos”.
Desde que en 2011 Disney produjo la película Winnie the Pooh, todo indicaba que la major había abandonado esta técnica para las grandes producciones. De hecho, The Guardian informó en 2013 sobre la intención de la productora de abandonar la animación 2D tradicional para los proyectos en la gran pantalla. Sin embargo, Eric Goldberg, supervisor de animación, escritor y director de Walt Disney Animation Studios, anunció la posibilidad de retomar la técnica 2D para una nueva producción de la major en 2023. Esta noticia ha dado alas a la animación tradicional, que parecía estar en proceso de extinción.
“La diferencia entre la animación 2D y 3D se encuentra en la artesanía del producto”, explica la profesora de la escuela audiovisual Treintaycinco mm. En este sentido, la técnica tradicional 2D se caracteriza por crear personajes y objetos en el espacio bidimensional. Así pues, los 24 dibujos por segundo, cada uno ligeramente diferente al anterior, dan vida a las historias contadas. La tecnología permitió digitalizar el proceso, que ya no se realiza en lápiz y papel: los programas de animación permiten dibujar los personajes y fondos directamente en la computadora y animarlos. “La escuela audiovisual Treintaycinco mm se ha unido al renacimiento de la técnica 2D con un nuevo curso dedicado a la técnica de animación tradicional” concluye Patricia Liéban.