Es normal que en algún momento de su carrera profesional un trabajador deba afrontar un caso de despido. Frente a esto, los profesionales se enfrentan al reto de hacer una recolocación laboral frente a un tema que aún es tabú en Latinoamérica.
Para Pablo Maturana, Manager de la plataforma de recolocación laboral, Genes Outplacement, uno de los más grandes desafíos en la vida de los profesionales es reingresar al mercado laboral después de un despido. Existen muchos factores que pueden dificultar a un candidato reinsertarse laboralmente, bien sea por la actitud tomada frente a la desvinculación o simplemente por desconocer el proceso detrás de una reinserción laboral exitosa.
“Cuanto más alta la posición en la pirámide jerárquica menor la cantidad de oportunidades disponibles para la reinserción laboral. Es natural por lo tanto que cuanto más alto el cargo más tiempo durará la búsqueda”, aseguró Maturana. En el caso de cargos gerenciales, frente a un despido, el tiempo de reinserción laboral oscila entre los 7 y 9 meses. Para casos directivos, el tiempo aumenta entre los 9 y 12 meses.
Los 4 errores más comunes después de un despido:
1. Postular a procesos sin estar preparado
La transición de carrera es algo que los profesionales hacen muy pocas veces, aún menos activamente. La falta o poca experiencia y el apuro para recolocarse rápido puede ser fatal en un proceso y podría quemar una gran oportunidad. Se debe mantener la calma y no presentarse a todos los procesos por querer encontrar pronto un empleo. Es importante conocer cómo se está moviendo el mercado y prepararse como candidato. Tener un speach coherente sobre la salida y sobre nuestras fortalezas como profesional
2. Contestar de forma equivocada a estas preguntas
¿Cómo estás? Esa es una pregunta de inicio. No necesariamente el reclutador está interesado en escuchar toda la historia. Es natural que un profesional esté un poco más emotivo en esos momentos, pero no es recomendable utilizar al entrevistador como psicólogo pues enseñará mucha debilidad emocional y falta de autoestima.
¿Por qué saliste de tu último trabajo? Comentar que fueron problemas personales con ex jefes, por ejemplo, demuestra que quizás el candidato tiene problemas de relacionamiento, sin mencionar que hablar mal de la ex empresa no es ético. En ese tipo de situación las personas acostumbran victimizarse y sugerir que la culpa al final no fue de ellos en su salida
¿Qué buscas de ahora en adelante? Es común que los candidatos aseguren buscar una oportunidad de probar su valor, este tipo de respuesta también es asociada a desespero o a una baja autoestima. La respuesta más adecuada debe estar alineada a su experiencia y sus cualidades como profesional, haciendo énfasis en su trayectoria profesional con una línea lógica de evolución. Esa es la clave de los argumentos.
3. Esperar a que llegue la oportunidad
Actualmente, para muchos candidatos, es normal esperar detrás de la computadora una respuesta frente a un proceso, o que surja la oportunidad ideal. Esto es un error. Los candidatos deben saber aprovechar todos los recursos tecnológicos con los que cuentan para generar networking. Una forma de hacerlo es participar activamente en las redes sociales, contactar con empresas que ofrezcan oportunidades laborales, generar citas presenciales y activar el relacionamiento.
Participar de eventos de su rubro, conocer las consultoras Headhunters, comunicar a su red personal y hasta familiar que está en la búsqueda de nuevo trabajo. En ocasiones éstas están más cerca de lo que se imagina, pero si nadie sabe qué quiere una persona el universo no conspirará a su favor.
4. No saber cuánto pedir
Sucede frecuentemente cuando los candidatos han estado enfocados por muchos años en su trabajo, lo que les hace perder la noción de cuánto vale su gestión como profesional. La consecuencia de esto es que, cuando se les pregunta por su aspiración salarial, no sepan exigir un sueldo en relación a su posicionamiento.
Existen plataformas de estudios salariales, como Show Me The Money que te permiten conocer cuánto paga el mercado para perfiles como el tuyo en distintas industrias. Al tener esta información clara, se está seguro de estar presentando un número alineado.
El riesgo de pedir demasiado hace, muchas veces, que los reclutadores desistan de su proceso, pues no está dentro del presupuesto. Por otro lado, si un candidato pide poco el entrevistador pensará que tiene algún problema de autoestima, o está desesperado, lo que no favorece su candidatura. La clave está en tener claro cuál es nuestro mínimo para negociar hacia arriba. Así es recomendable mencionar un rango salarial y no casarnos con un número.
Los comentarios están cerrados.