En plena era de la cooperación y del trabajo colaborativo, conseguir formar equipos de éxito constituye uno de los retos empresariales más importantes y difíciles que existen. Después de décadas con la mirada puesta en el individuo, el equipo emerge como la unidad más cualificada para proporcionar soluciones complejas y brillantes dentro del mundo de la empresa. Taalentfy, la plataforma disruptiva para la búsqueda de empleo centrada en el talento, ha publicado una serie de claves con las que seleccionar a profesionales para un determinado equipo de trabajo. “La selección suele fijarse mucho en las actitudes y aptitudes del candidato de forma aislada, como si éste fuera a trabajar solo dentro de la empresa. Pero lo más probable es que el profesional se integre en uno o varios equipos de trabajo nada más llegar a la organización” opina Alejandro González, CEO de Taalentfy. “De su aterrizaje dentro de esos equipos dependerá en buena medida su encaje en la organización, así como la eficacia de ese equipo de trabajo”.
CUÁLES SON LAS CLAVES PARA SELECCIONAR A UN MIEMBRO PARA UN EQUIPO
1. El punto de partida. ¿Cuenta el equipo con el pack deseable de conocimiento y actitudes? ¿Qué déficits técnicos presenta? ¿En qué destrezas específicas necesita mejorar? Estas y otras preguntas de base arrojarán luz sobre el área de expertise y habilidades deseables en el nuevo trabajador para conseguir un equipo equilibrado y sólido. El equipo ha de ser visto como un puzle en el que el candidato es la pieza final que da estabilidad a todo el conjunto.
2. Hacia un equipo inteligente. Tendemos a asumir que la competencia técnica e inteligencia individuales determinan la inteligencia del equipo, pero no es así. Juntar a cuatro o cinco grandes expertos en una determinada disciplina no garantiza casi nada, existen otros factores mucho más relevantes a la hora de predecir cómo de bien (o de mal) trabajará un equipo, como la sensibilidad social, la empatía o la cooperación entre sus miembros.
3. Diversidad y complementariedad. Crear equipos eficaces no equivale a juntar a muchos expertos en una disciplina con perfiles similares. Porque si pones a trabajar juntas a dos personas que hacen lo mismo y opinan lo mismo, una de las dos sobra. Los equipos más brillantes son los diversos, aquellos que combinan conocimientos, experiencias y backgrounds diferentes y complementarios. Que los ponen en juego para contrastarlos y extraer de esa interacción nuevos enfoques.
4. Afinidad y buena sintonía. Conseguir un equipo bien cohesionado no siempre es fácil. Se necesita un poso de confianza, empatía y entendimiento que no siempre surge de forma rápida o espontánea. Cuando el recién llegado y las personas del equipo comparten valores y formas de trabajo es más fácil que surjan estas sinergias. La buena química en las interacciones del equipo es la antesala de una alta productividad.
5. Sólido trabajador en equipo. No solo el recién llegado, todos los miembros del equipo necesitan contar con las habilidades propias de un buen trabajador en equipo. Entre ellas destacan la escucha activa, la capacidad de comunicación, respeto hacia otros miembros, sinceridad, liderazgo o la empatía. Actitudes enfocadas a que haya un pleno entendimiento entre las partes y a un mejor aprovechamiento de las habilidades de cada uno.
6. Roles dentro del equipo. La clasificación clásica de los roles dentro del equipo es la de Meredith Belvin pero puede utilizarse cualquier otra con el objeto de articular un equipo equilibrado, en el que ninguno de los roles falte ni pese demasiado. Por ejemplo, un equipo necesita a gente imaginativa para arrancar iniciativas con garra y atractivo, pero el exceso de imaginación puede derivar en debates estériles. La falta de compensación de perfiles disminuye la efectividad del equipo.
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