Hay estudios que aseguran que los españoles tardamos 15 meses de media en encontrar trabajo, y aunque la cifra puede variar en función del sexo, la edad o la comunidad autónoma, la búsqueda de empleo es un trabajo en sí. Existen tantos tipos de entrevistas como empresas, pero en los procesos de selección que se realizan en la actualidad la clave está en mostrar la actitud desde el momento en el que se realiza la primera toma de contacto telefónico. Una actitud que no se percibe al leer un CV.
Conscientes de la importancia que tiene el proceso de selección tanto para empleador como para candidato, IMF Business School ha organizado, junto con Universia, un taller sobre ‘Cómo afrontar con éxito un proceso de selección’ de la mano de Teresa Vila Pedraza, profesional de RRHH y coach con más de 10 años de experiencia en el diseño e implementación de los procesos de selección, formación y desarrollo de personas en diferentes multinacionales.
Durante la jornada los asistentes pudieron conocer en profundidad cada una de las fases de un proceso de selección actual, que parte de la presentación del currículo y el filtro telefónico, pasa por realizar entrevistas individuales y dinámicas de grupo y llega hasta la entrevista técnica final. Todo este procedimiento poco tiene que ver con las entrevistas de trabajo de hace unos años en las que se valoraba dónde habías estudiado y cómo. Y mientras entonces la educación online o a distancia no estaban bien valoradas, ahora se han convertido en ventajas, ya que la mayoría de los que eligen está opción están trabajando o estudian varias disciplinas a la vez.
Los procedimientos de selección de personal en la actualidad tienen como objetivo evaluar las actitudes y las competencias del candidato que no podemos leer en el currículo. En este punto es importante resaltar que no se suele elegir al mejor candidato en términos absolutos, sino al que más y mejor se ajuste a las características del puesto solicitado y esto no podemos mostrarlo solo con un buen currículum, sino que va más allá. “En los procesos de selección actuales hablamos de competencias, les hacemos trabajar in situ, hacemos dinámicas de grupo o técnicas de gamificación, porque al final se trata de identificar talento, que está directamente asociado con las motivaciones”, explicó Vila Pedraza.
Además, durante el taller se ha analizado el tema de las competencias transversales. En la actualidad, un profesional ya no se dedica solo a una cosa e incluso podemos encontrarnos a un ingeniero trabajando en el departamento de RRHH, algo inimaginable hace unos años. Estos cambios y adaptaciones a la oferta y demanda de cada sector vienen motivados por la globalización, la transformación tecnológica y los mercados agresivos. Pero todas estas competencias no sustituyen a la formación, que sigue siendo indispensable. La formación indica qué hacemos, las competencias cómo lo llevamos a cabo.
El peor fallo: no ir preparado
Muchos de los asistentes explicaron los errores que habían cometidos en procesos de selección anteriores. Sin embargo, Teresa Vila señaló que el peor fallo es no ir preparado. Buscar información sobre la empresa es clave para demostrar la actitud. Pero hay otro punto como no tener actualizado el currículum o cometer en él faltas de ortografía, factores que pueden ser determinantes para acceder o no al puesto en cuestión. Además, insistió en la importancia de ser sinceros en nuestras respuestas: qué soy, qué quiero, qué tengo…
Para Carlos Martínez, presidente de IMF Business School, “muchos alumnos nos transmiten sus temores y preocupaciones a la hora de enfrentarse a un proceso de selección, pero en la escuela somos conscientes de que el entrevistador no busca el error, sino que plantea preguntas y situaciones muy diferentes para conocer las actitudes del demandante ante las situaciones complicadas, si somos objetivos y profesionales al analizar las causas. Por ese motivo, siempre les aconsejamos que sean sinceros e intenten relajarse y aprender de la experiencia”.
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