RRHH Digital Tratar a los empleados injustamente puede conducir a que éstos se lleven información confidencial de la empresa. Así se desprende de un nuevo estudio de Iron Mountain. Los recursos invertidos para cumplir con la cada vez más estricta legislación de protección de datos podrían estar desperdiciándose si las empresas fracasan en abordar la situación emocional por la que pasan empleados que creen haber sido tratados injustamente.
El estudio realizado entre más de 5.000 empleados de oficina en toda Europa muestra que un número sorprendentemente alto estarían dispuestos a arremeter contra sus empleadores si fueran considerados responsables de algo que ellos creyeran injusto o (24%) o se sintieran tratados incorrectamente (28%).
¿Cómo se vengan los empleados?
Casi un cuarto (23%) de los empleados españoles se conformarían con descargar su frustración en la oficina. Un similar porcentaje (18%) se desahogaría a través del correo electrónico, normalmente a amigos y familiares. Pero un 16% buscaría venganza deliberadamente, llevándose información confidencial o sensible fuera de la empresa, aunque ésta no tuviera nada que ver con el incidente original.
Respecto a lo que se llevarían los empleados españoles, la información con más probabilidades de ser sustraída son las bases de datos de clientes[ii] (52%), seguido por presentaciones (37%), planes estratégicos (22%), mapas de ruta de productos o servicios (22%) y propuestas (19%). Todo este material, en las manos equivocadas, podría dañar la ventaja competitiva de la empresa, la reputación de marca y la fidelidad de los clientes.
El departamento de Marketing parece ser el más sensible: un 25% afirma que se vengarían en respuesta a un trato injusto y el 17% afirma que harían lo mismo si les trataran de forma poco amable, seguido muy de cerca con la Dirección con un 23% y un 20% respectivamente. Sin embargo, los directivos se llevan información sensible más bien para usarla en el futuro (13%).
Dificultades relacionadas con el trabajo parece que desencadenan menos actos de venganza.
Perder el trabajo (21%), bajos resultados en las evaluaciones (8,5%) y quedarse fuera de los ascensos o de los aumentos de sueldo (7%) son causas poco probables para provocar un robo de datos.
“Cuando se trata del comportamiento del empleado frente a la información, hay que tener en cuenta que a veces el corazón puede más que la cabeza, al entrar en juego sentimientos personales relacionados con un descontento que lleva a la gente a querer tomarse la revancha en forma de robo de datos” comenta Ignacio Chico, director general de Iron Mountain España.
“Las empresas tienen que ser conscientes de que la responsabilidad va más allá de las normas y de los procesos. También consiste en una mejor gestión del personal, así como de su formación. Es muy preocupante ver cómo los empleados senior son los que más puntos tienen para poner la compañía en riesgo de una brecha de datos y de un daño reputacional al sustraer información de la empresa. Una cultura que respeta la información debe venir de la dirección, que ha de dar ejemplo”, añade.
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